Texto de Carlos Alfredo Pereyra
Editor de Pesadoblog

Su visión es muy clara y didáctica, algo que sólo es posible después de haber trabajado durante varias décadas en la industria automotriz y autopartista de la Argentina.

Con esta nota le damos la bienvenida en Autoblog y Pesadoblog a Nico Nikola. Por supuesto, ese doble homenaje a los motores de combustión interna (Nicolaus August Otto) y los eléctricos (Nikola Tesla) oculta la idenditidad de un ejecutivo que hace poco se desvinculó de la industria y que decidió volcar por escrito algunos de sus conocimientos y pensamientos.

Nico Nikola no sólo escribirá sobre industria y tecnología. También hablará sobre su otra pasión: el coleccionismo de autos clásicos.

Conozco al autor desde hace más de 30 años. Fuimos compañeros de Facultad y dejamos de vernos por unos cuantos años. Linkedin produjo el reencuentro. Y fue como haber dejado la conversación la semana pasada.

Su trayectoria por la industria lo llevó a participar del negocio automotor desde varios lugares, por lo que su visión y opinión son de experto.

En su columna debut, Nico Nikola eligió un texto a modo de consejo para futuros coleccionistas: “Las ventajas de ser leal a una marca”. Ojalá lo disfruten tanto como nosotros.

C.A.P.

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OPINIÓN Las ventajas de ser leal a una marca


La columna de Nico Nikola: “Las ventajas de ser leal a una marca”

Texto de Nico Nikola

Llevo el registro, detallado por cierto, acerca de los 42 autos que fueron de mi propiedad. La lista incluye clásicos, dailies, caprichos e inversiones mayormente injustificadas. No siempre fui tan prolijo en cuanto a la elección de marcas. Hubo muchos años, más de 15, a los cuales defino como periodo exploración, donde tuve desde Citroën hasta Saab, pasando por productos de GM y una Hyundai Santa Fe. Con el tiempo, y muchas veces habiendo pagado costos obscenos, aprendí que la lealtad a una marca tiene un repago.

Acerca de este concepto me quisiera explayar hoy.

FIAT

La columna de Nico Nikola: “Las ventajas de ser leal a una marca”

Tengo y he tenido algunos en mi garage. Admiro profundamente su historia, lo aventajado de sus diseños, la funcionalidad y la performance relativa. Soy miembro del Club Fiat Clásicos, participo en eventos, soy al menos un observador de lo que se escribe en el chat. Todo se ha hecho muy sencillo en la conservación y cuidado, gracias al entusiasmo de un grupo de aficionados expertos que podrían -sin repetir y sin soplar-, nombrar los códigos de la cartilla de colores por marca de pintura y año de fabricación (y créanme que no exagero).

Luego de un tiempo aprendí dónde están las cuevas para comprar repuestos. Hasta conservo un buen número de ellos, haciendo gala de acumulador. He aprendido los trucos para solucionar problemas congénitos, y mi mecánico y amigo los conoce de memoria. Todo esto es un capital que llevó años construir. Si algún día me veo tentado en explorar otra marca (por ejemplo, Peugeot), me llevaría demasiado tiempo sentirme parte del nuevo ecosistema. Las ventajas de “pertenecer”, sin dudas, hacen la vida más fácil.

MERCEDES-BENZ

La columna de Nico Nikola: “Las ventajas de ser leal a una marca”

No encuentro una traducción ni mucho menos me siento con la habilidad de explicar el concepto de “Overengineering”. Sin embargo, es algo que se percibe con los cinco sentidos en un Mercedes-Benz.

Amo esta marca.

El primero que tuve fue un 280 CE chasis C123. Luego tuve un 280 SE W126. Un 500 SEC C126 que aún conservo. Un 230E W123 y el último fue un 280 SLC C107.

¡Que agregar! Magníficos diseños, calidad extrema y una ingeniería que es una mezcla de genialidad y simpleza. He leído cuanto libro he tenido a mano, intentado comprender la lógica de la inyección Bosch K Jtronic y podría recitar de memoria los modelos y chasis de gran parte de ellos.

Ya pasaron 26 años desde que compré mi primer tedesco y, desde entonces, y gracias a ellos, he hecho amigos, acumulado repuestos y hasta me he animado a meterles mano (cuando se trata se periféricos no vitales).

Claro que miro con admiración otras marcas teutonas y muchas veces el deseo de pecar se vuelve insoportable: una impulsiva tentación. Es cuestión de reprimirse a tiempo.

Sin embargo hay una inversión atrás. Una historia en común y un aprendizaje que capitalizar. Una vez más, pertenecer tiene sus privilegios: ahorra dinero y tiempo. Hacia el final de este artículo, tal vez me anime y cometa una infidencia.

ALFA ROMEO

La columna de Nico Nikola: “Las ventajas de ser leal a una marca”

Mi historia con la marca comenzó hace unos 14 años, con una Alfetta Berlina 2000 de 1979. Un auto fantástico, del cual disfruté poco más de un año, ya que por razones personales -innecesariamente y de manera prematura- me desprendí de ella.

Hasta entonces, había sido una marca a la cual había admirado, a la vez que temido: azorado por ciertos prejuicios, que a la vez sazonaban el deseo de poseer, conducir y desafiar a mis sentidos a ir por más. El último de los flechazos ocurrió en una visita al Museo de Arese, recorrido que prácticamente arruinó mi viaje.

Desde esa misma tarde y portando mi bolsa con merchandise oficial, la búsqueda vía portales de internet de una unidad para comprar a mi regreso se volvió una obsesión casi insoportable. He transitado un camino de ida y ya son dos los modelos que atesoro en mi cochera.

Hoy ya cuento en mi haber con una nutrida lista de contactos y nuevos amigos, líneas directas para conseguir repuestos a la vez que he descubierto un mecánico especializado al cual amo profundamente.

La marca del Biscione ya es la tercera en esta corta lista, la cual difícilmente abandonaré porque: “Amores que matan, nunca mueren”. Y, sin sufrimiento, no hay pasión que merezca la pena.

HONDA

La columna de Nico Nikola: “Las ventajas de ser leal a una marca”

De todos los autos que he conducido para uso diario, ruteado y rodado dentro de una larga lista, dos Accord son sin duda aquellos que puedo afirmar que fueron los mejores.

Interminables, confiables, cómodos y seguros. Este ha sido mi modo: autos italianos para disfrutar con amigos, autos alemanes para admirar su construcción y tecnología y autos japoneses para ir al trabajo. Mi próximo daily también será un Honda. Si, por razones de la vida, o tal vez por haber recuperado de repente mi salud mental, me viera en la necesidad –obligación– de tener un sólo auto en mi cochera, este sería un Honda.

CONCLUSIÓN

Para ir cerrando y con todo el respeto que me merece como lector, es menester un último gesto de elocuencia y sinceridad. Pese a todo el esfuerzo y la racionalidad puesta en estas líneas, debo confesar que hay muchas otras marcas a las cuales no me resistiría con facilidad. Entre mis últimos autos hay dos soberbios Ford y un Peugeot 407, a la vez que he merodeado más de un concesionario Toyota, con intenciones “non sanctas”.

Los chicos crecen y hoy uno de mis hijos (“Generación Golf”) me sugirió una sociedad cuyo nombre y apellido es BMW 323 E46.

Con esto último entrego a ustedes mi más impúdica desnudez. Ya parezco estar borrando con el codo lo que he escrito con la mano. Está en mi garage. Lo miro con recelo. Lo uso lo menos posible. Ya no encuentro muchas excusas para articular argumentos en su contra. Suena bien, va bien y se ve mejor. Nada que explicar: “Haz lo que digo (o escribo) y no lo que hago”.

De todos modos, cada línea de este artículo fue escrita con racional intención. Algo tan contradictorio como irreal, en esta afición.

N.N.

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La columna de Nico Nikola: “Las ventajas de ser leal a una marca”

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