“Es como el Ave Fénix, renació de sus cenizas”, dice Carlos Ceniceros. El juego de palabras suena divertido porque tuvo un final feliz: en junio de 2020, un incendio destruyó el taller del conocido inventor de San Fernando. Las llamas, causadas por el cortocircuito de unas baterías, destruyeron un Citroën 3CV de colección, dos EcoCar -uno terminado y el otro en producción-, además de todo el laboratorio de experimentos de Ceniceros.
Pero el hombre no bajó los brazos y, al día siguiente, se puso a trabajar en la fabricación del tercer EcoCar. Se trata del auto más chiquito de Argentina: mide apenas 1.70 metros de largo y fue diseñado sobre la base de dos motos eléctricas Lucky Lion.
“Pedí plata prestada para volver a comprar las herramientas y gasté 2.400 dólares sólo en las tres baterías de iones de litio. Con el primer EcoCar ya llevaba recorridos 32 mil kilómetros. El segundo ni siquiera había llegado a terminarlo, cuando se quemó todo. Y con el nuevo hice unos 1.500 kilómetros”, le contó Ceniceros a Autoblog.
Junto con el nuevo EcoCar, llegó una buena noticia para Ceniceros: “La Policía de la Ciudad de Buenos Aires me autorizó a circular libremente. Por sus dimensiones, mi vehículo se enmarca en la misma categoría de las bicicletas eléctricas y monopatines eléctricos”.
Ceniceros tiene toda su casa y su taller de San Fernando alimentado por paneles de energía solar: “Viajo con energía totalmente limpia. El auto se carga con la fuerza del sol, aunque yo no siempre fui así”, cuenta.
-¿Qué autos tuviste antes del EcoCar?
-Hasta hace unos años, me encantaban los motores grandes. Mi auto favorito era una Ford F-100 con motor International V8 6.4 litros. Una bestia. Gastaba 25 litros cada 100 kilómetros. La disfruté mucho, porque en esa época el gasoil era barato.
-¿De qué año estamos hablando?
-Y… ya no me acuerdo bien. Pero la última vez que cargué combustible, el litro costaba 12 pesos.
-Y sí, ahora cuesta un poco más.
-¿Cuánto más? ¿18 pesos, 20?
-Un poco más, Carlos.
-¿Treinta, cuarenta?
-Señor Ceniceros, usted está jugando con fuego.
-¡Jaja, saludos a toda la gente de Autoblog!
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