Para poner una moto nueva en el mercado argentino hay cuatro puentes, y los tenés que cruzar a todos, dijo uno de los actores involucrados a Motoblog, el problema es que hoy esos puentes están dinamitados, y pasar del otro lado se ha convertido en una odisea. Puede parecer sacado de alguna novela, pero son palabras que hoy escuchamos entre aquellos que están al frente de marcas que, hasta hoy, no tienen ningún proyecto de industrialización local en nuestro mercado.
Nos referimos a BMW Motorrad, Triumph, Harley-Davidson, Ducati, MV Agusta, Moto Guzzi, Aprilia e Indian, si no se nos está escapando algún jugador del segmento. Y aquellos que sí tienen producción local, también tienen este mismo problema a la hora de hacerse de motos que llegan en formato CBU. Es así, hoy no hay dólares para aquellos que quieren traer al mercado motos completamente armadas o semi desarmadas.
Y por si esto fuera poco a las dificultades que ya existían se le sumo una nueva, que debería haber entrado en vigencia el 1 de enero de este año, pero debido a alguna situación operativa en aduana, comenzó a regir hace unos días y tiene que ver con el decreto 1064/20 modificando la lista de exepciones al Arancel Externo Común -A.E.C.- y con ello los Derechos de Importación Extrazona -D.I.E.- para una importante variedad de posiciones arancelarias, entre ellas las que incluyen a las motos.
¿En qué se traduce esto? En que las motos de más de 500 cc. que lleguen a nuestro mercado en formato CBU -completamente armadas- o SKD -semi desarmadas- pasarán a pagar un 15% más de arancel de importación, algo que claramente se trasladará al precio final que el cliente termine pagando, si es que tiene la fortuna de que haya disponibilidad del producto que está buscando.
Para estas marcas, la aventura de comercializar una moto en nuestro territorio comienza mucho antes. El primer puente tiene que ver con la homologación del modelo en cuestión. Hasta hace no mucho tiempo, el proceso para obtener la LCM -Licencia de Configuración de Modelo- demoraba alrededor de 30 días, pero hoy, ya como parte del desaliento general a la llegada de las de este tipo de productos, se han tomado hasta once meses para entregarle al representante el trámite firmado. Si bien no es requisito para importar las motos, sí lo es para comercializarlas, ya que sin esto no se puede entregar la documentación para su patentamiento.
El segundo puente tiene que ver con la licencia de importación a través del SIMI -Sistema Integrado de Monitoreo de Importaciones- por parte de laSecretaria de Comercio, un proceso que puede demorar mucho tiempo de paciencia y lobby para lograr su aprobación. También se puede apelar a la vía judicial -los famosos recursos de amparo- para sortear este obstáculo, aunque eso también es incierto y demora un buen tiempo.
Con los primeros dos papeles en la mano, el importador se encuentra hoy con algo bastante novedoso, relacionado con la comunicación A7201 del Banco Central de la República Argentina, otro de los actores de este proceso, que exige que el giro de divisas al exportador en el exterior sea a partir de los 90 días contados desde la fecha del despacho de importación. Esto, sumado a los tiempos de embarque y tránsito de la mercadería, hace que las marcas en cuestión tengan que financiar la compra a las empresas argentinas alrededor de 150 días, en un país donde en ese plazo el valor del dólar respecto del peso argentino aumentó casi un 16%. Obviamente, este es el tercer puente que cruzar
A todo este baile, ahora se le suma la modificación en los derechos de importación, que pasaron del 20% al 35%, que indefectiblemente se va a ver reflejado en un aumento del precio de las motos al consumidor, en una reducción de los márgenes de la comercialización o en una combinación de ambos.
Importar motos de este tipo en nuestro país hoy no es una cosa sencilla y requiere de un esfuerzo y una paciencia enormes en un escenario muy incierto, tanto para el que vende como para el que compra. Marcas como Triumph, BMW y Ducati han invertido en el desarrollo de su red de concesionarios en varios puntos del país en los últimos años, y hoy están rezando por hacerse de producto para poder seguir comercializando.
En este sector de la economía también hay muchas fuentes de trabajo involucradas de forma directa e indirecta, sería una lástima que la Argentina no lo vea de esa forma. Si queremos que el sector de las motos se recupere, crezca y tengamos cada vez más y mejores productos en el mercado, la ecuación debería ser con todos los jugadores adentro.