Nota publicada en Transporte Mundial en 2010

Texto: Carlos Alfredo Pereyra - Ilustraciones y Fotos: Miguel Bustillo / Freddycam

Esta es la historia del más prolífico diseñador de buses de larga distancia de nuestro país. Su nombre esta como referencia de todo lo que ha rodado en nuestras rutas en los últimos cuarenta años; y todavía sigue ahí. Esta nota, y la de la próxima semana, fueron hechas hace diez años; sin embargo mantienen una extraordinaria vigencia. Con ustedes Miguel Bustillo en primera persona.

 

El BUS en el apellido

Tras recibirme de Diseñador Industrial en la Universidad de La Plata allá por 1977, habiendo hecho mi tesis con el diseño de un camión; mi sueño era diseñar algo con ruedas, pues era fanático de los automotores. En ese entonces el Profesor Arturo Montagú me insistía en que debía hacer un postgrado en transportes en el Royal College of Arts de Londres, pero yo había llegado al momento en que debía producir y trabajar de lo mío. Mis padres habían costeado mis estudios, y yo que venía desde Tornquist, (Provincia de Buenos Aires) vivía en una pensión de estudiantes y quería estrenar mi título.

Andando por Buenos Aires me topé un día con un ómnibus carrocería Cametal Nahuel II panorámica, con un diseño muy de avanzada para esos tiempos (1977) en que los buses eran doble camello y antiguos. También por aquellos días se veían mucho los colectivos fabricados por El Detalle. Esos productos de diseño me planteaban una ruta lógica para poder hacer diseño vehicular en Argentina, así que procedí a enviar cartas a ambas fábricas presentándome y  pidiendo trabajo. Esas correspondencias corrieron con distinta suerte, aunque ambas empresas en distintas etapas de mi vida jugarían un rol central. En El Detalle no entré, puesto que mi carta llegó allí dirigida al Jefe de Compras, quien seguramente la arrojó desinteresadamente al cesto de papeles en vez de dirigirla al director de la empresa, Antonio Franchini. Años más tarde el mismo Franchini me diría que tendría que habérsela enviado a él, y que quizás otra hubiera sido mi suerte. En Cametal la carta llegó a manos del ingeniero Saldivia, quien se desempeñaba como Jefe de Producción en la oficina Técnica. Tras una semana de espera, recibí como respuesta de su parte un telegrama convocándome a trabajar… Y me fui a Villa Gobernador Gálvez sin saber nada, qué iba a hacer, ni adonde iba a vivir.

Allí me encontré con una serie de personajes legendarios como el Ing. Búa. También trabajaba allí un inventor llamado Antonio; con quien mucho aprendí. Yo en ese entonces solo tenía un lápiz Pilot en la mano y con eso debía imponer mi nueva profesión. Ellos estaban buscando un estilista, un dibujante que interpretara las tendencias, y no conocían qué podía hacer un Diseñador Industrial. Uno puede tener la chispa, la creatividad, pero en la fábrica esta la gente, y esa gente es la que te enseña. Los chaperos, el inventor, los dibujantes, los operarios que manejan el oficio de la carrocería. Ellos permitieron cristalizar por ejemplo años más tarde una idea revolucionaria como el CX 40, en la cual debíamos bajar el puesto de conducción y realizar modificaciones a los chasis. Hubo posibilidad de hacerlo pues era la época de los inventos y había gente voluntariosa e idónea que te enseñaba los secretos de este arte. Con ellos aprendí el lenguaje del diseño de buses. Mi primera intervención en Cametal fue el Urbbus, un minibús a pedido de Buenos Aires Tur con la base de un chasis MB 608. En esos días se carrozaban esos camiones como minibuses para organismos de defensa o correo, respetando la línea de la vía delantera para modelar el ancho máximo de la carrocería. Para este diseño pidieron doble fila de asientos, para poder transportar más pasajeros manteniendo la trocha normal. Este proyecto era ambicioso y teníamos dudas por el aspecto final del bus ya que con esas proporciones, las ruedas estarían ocultas. Fue construido todo en aluminio para bajar peso y resolvimos el frente y la cola en fibra de vidrio. Por esos días además el Ing. Saldivia me anunció que se iba a trabajar a Carrocerías San Antonio, es decir, yo quedaba al mando de un proyecto, sin conocer nada y lleno de temores. Pero así comenzó todo.

Miguel Bustillo: Diseñador de buses

Cametal URBBUS  para Buenos Aires Tur, sobre un camión Mercedes Benz 608. El primer producto de Bustillo. Irrumpió en los recorridos turísticos de la Capital con singular suceso (1978).

 

Miguel Bustillo: Diseñador de buses

Cametal Jumbus, con gran porte y gran capacidad de bodegas. Todo un hito en el transporte de larga distancia (1985)

 

Proyecto de Cametal y Scania con GNC, diseño de Bustillo para ómnibus urbano (1987)

 

Aquí el concepto. Las manos que sostienen el papel fueron las que lo dibujaron

 

Pioneros del diseño

El primer diseñador industrial con título universitario diseñando buses soy yo, pero el primero en actuar como tal en estos pagos es Cacho Decaroli, arquitecto proveniente de la línea fundadora de la familia Decaroli en DIC, el fue el autor del Dic Panorama, el famoso y muy numeroso entonces, ómnibus construido con láminas laterales en chapa acanalada, parabrisas reversible para usar tanto adelante como atrás, el cual se produjo hasta la versión Internacional III. Otros que trabajaron en DIC y Cametal fueron Enzo Grivarello y Vila Ortiz, también Koller, e Hiba (ergonomista) como diseñadores externos a la fábrica. Vila Ortiz diseñó para San Antonio, el fue el autor del modelo Augusto, el cual se basaba en un diseño de Giugiaro. Luego el diseñador industrial Julio Brunati prosiguió en la firma. Guillermo López Arenas trabajó para Imeca, adonde llegó con su proyecto de graduación de la UNLP, el GTR 18. Durante su tesis Guillermo pacientemente venía aquí todos los sábados para que lo asesorara y para que conozca desde adentro cómo es construir un ómnibus. Fue un proyecto integral de él y obtuvo un merecido diez como calificación; yo solamente le abrí la puerta a este mundo del diseño y construcción de buses. López Arenas ayudó a formar a Juan Manuel Díaz un rosarino que hoy esta radicado y consagrado en Europa. Mi actividad docente se desarrolló en un curso sobre diseño de carrocerías que doy en el Instituto Superior de la Comunicación Visual de Rosario, una institución fundada por el arquitecto Enzo Grivarello. Allí se estudian diseño industrial y gráfico, diseño de moda, y página web.

 

“Sin diseño este lugar no funciona” Miguel Bustillo

Metalsur se identificó de entrada con la importancia del diseño, y en sus inicios me solicitó que les llevara adelante su proyecto Fase. Por ese entonces yo trabajaba en DIC y no podía trabajarles a tiempo completo, pero quedamos en que tarde o temprano estaríamos juntos. Finalmente cuando cerró DIC,  vine a golpear la puerta de Metalsur, donde trabajé un tiempo. En aquella época (1995) había dificultades (efecto Tequila) y yo tenía que mantener a mi familia. Es el momento de la convocatoria a El Detalle. La propuesta era tentadora puesto que se trataba de una empresa consagrada ya funcionando como terminal automotriz y con toda la tecnología para la alta producción. Era jugar en Primera. La gran diferencia además era que sus sueldos se pagaban por convenio con el sindicato de mecánicos Smata (Terminal automotriz), y aquí en Metalsur eran sueldos mucho menores, de convenio con el sindicato metalúrgico UOM. Me mudé a Buenos Aires y mi familia quedó en Rosario, otra etapa comenzaba. Allí trabajé en los modelos OA 105 y en el OA 106.

 

Metalsur FASE. La mano del autor en cada línea. Los comienzos en la carrocera que funcionaría donde fue Cametal

 

Los primeros bocetos del midibus El Detalle OA 106, un urbano con todo el sello de Bustillo. Su talento llegó tarde; la suerte de la empresa estaba echada.

 

OA 106 en Buenos Aires, cuando midibuses de pequeño porte. El sello de Bustillo en urbanos

Hacia 1998 Metalsur me suplicaba para que vaya trabajar los sábados aunque sea; es que este lugar no funciona sin diseño, el diseño es imprescindible. Para entonces El Detalle había entrado en su crisis terminal y su suerte estaba echada, las cosas no se estaban dando como uno deseaba y las perspectivas de la empresa y las del país entrando en recesión, eran difíciles. Yo vivía solo en San Fernando, y venía a ver a los míos los fines de semana. Era el momento de regresar a Rosario. El tiempo pasó y hoy en Metalsur trabajamos dos diseñadores (Nota del Rdactor: 2010). La presión nos la imponen los proyectos, los clientes, los trabajos especiales y también los trabajadores de aquí, nuestros compañeros. Ellos son los que conviven con los productos y con los métodos de producción. Todos participan, se comprometen con su trabajo y son los que ven los problemas antes que nadie. Aún cuando hay poco trabajo (nunca) son los que nos mantienen ocupados y ayudando a resolver situaciones. En diseño se trabaja a tiempo completo.

Y el tiempo no ha pasado en vano. Miguel allanó el camino para los diseñadores que lo suceden, y hoy recibe el reconocimiento de la empresa para la que trabaja con el merecidísimo BUSTILLO DESIGN junto al logotipo de Metalsur en los buses que producen.

Treinta años de diseño lleva consigo Miguel Bustillo, y por supuesto el Bus, incorporado hasta en el apellido.

 

El CX40 es un proyecto tan importante en la vida de Miguel Bustillo que dará para una nota especial, la proxima semana. Otro Fotorreportaje

 

La historia de los buses y de las compañías de tranporte por carretera emergen de sus ilustraciones.

 

El sello y el reconocimiento al pionero de los diseñadores industriales graduados que se dedicó a los buses

 

Miguel Bustillo: Diseñador de buses

Los piso y medio marcaron una época breve en el diseño de buses de larga distancia.

 

Luego llegaría el reinado de los doble piso, con algunos doble eje delantero como este Metalsur Starbus. Las sucesivas versiones de este diseño irían incorporando otras líneas y rasgos hasta llegar a convertirse en los actuales Starbus III de la nueva Metalsur

Enviá tu noticia a novedades@motor1.com