Texto: Carlos Alfredo Pereyra - Fotos: Freddycam/Click en las imágenes para ampliar
Ya estuvimos viendo cómo fue vivir el Dakar desde adentro en el Fotorreportaje denominado Mis días con un Sherpa; ahora toca mostrar el resto de las imágenes correspondientes a la primera etapa del Dakar 2010, el cual Renault Trucks nos invitó a participar como tripulante de los vehículos de asistencia.
En las dunas cercanas a Pinamar pudimos ver un anticipo ya que el Kerax 6x6 estaba en su elemento, acompañando a los camiones estándard 6x4 que la marca ofrecía en el país por entonces.
Junto al Sherpa se encargaron de llevar a los periodistas a la ubicación más conveniente, para lograr las mejores tomas. Te evitaban la caminata pesada sobre la arena.
A bordo tres asientos, conductor y navegante, y una plaza central sobreelevada, tal cual como en el Dakar. Aquí en primer plano el posapiés sobre el cubremotor.
Debajo nada que decir: Contundente tercer diferencial para las ruedas single del tercer eje, reducidas
Saliendo en camino de aventuras. El Dakar se avecinaba y ya se podía palpitar en las ventosas arenas pinamarenses.
Baja presión en los neumáticos y sin esfuerzo a deslizarse por las dunas
No sería un viaje común y corriente, apenas nos pusimos en marcha desde La Rural nos acompañó el afecto incondicional del público que saludaba a toda la caravana del Dakar. Ante el desconocimiento de muchos, viendo a tan extraño espécimen automotriz portando un número (913 fondo verde destinado a vehículos de asistencia) suponían que este gigante también era un vehículo competidor. Ese afecto moviliza y motiva, y nos recordaba a las etapas del Tour de France cuando avanza por las rutas colmadas de gente que ha venido de lejos, o que simplemente saca una silla a la puerta de su casa, para ver pasar a esta interminable serpiente multicolor. No estabamos solos ya que nos venía acompañando el no menos imponente Renault Kerax 6x6 cargado de repuestos y servicio de asistencia para los dos equipos de competición que utilizan Renault Trucks anotados en la carrera; como así también a los camiones escoba de la ASO, y otros camiones del rombo.
El Kerax de Renault Trucks en las verificaciones del centro de exposiciones La Rural, todos los participantes se encontrarían allí al inicio del año. Nosotros también estuvimos ahí.
Afuera en las inmediaciones de Plaza Italia, la gente hacía fila para subir a la cabina de ambos vehículos. El Kerax era una de las estrellas
Alboroto y fotos. En donde sea que se estacionen.
En la ruta lo mismo. Te parabas y te fotografiaban. Motor DXI de 11 litros, 380CV.
Gente por todos lados en el tramo norte de la provincia de Buenos Aires. Verano 2010
Al llegar la noche, al final de las extensas jornadas en el camino, con nuestros vehículos pasamos a formar parte de los increíbles bivouacs de Colón y Córdoba. En esos campamentos gigantescos pudimos ver el backstage del Dakar a pleno. Era como un ejército aplicando toda la logística militar a un grado extremo. Centros de comunicaciones, carpas médicas, tecnología de enlace satelital, idiomas de todos los rincones del mundo, y gente con múltiples funciones asignadas. Haciendo un paralelo con una operación bélica, por cada combatiente que va al frente de batalla (los pilotos de motos, quads, coches y camiones) hay unas veinte personas detrás entre mecánicos, asistentes, directores, y gente de la organización tras las líneas. Cada parada de estas se establece solo un día y una noche, marcando final y comienzo de una etapa Dakar. Allí todo es alta tecnología y competitividad para desenvolverse en medio de entornos severos, desde la geografía y el clima.
La esencia africana de la carrera se percibía con fuerza y contundencia en cada rincón y en cada detalle de esta aventura sudamericana. El espíritu Dakar siempre esta presente.
Llegando a Colón, donde tendríamos la primera parada. Ruta arbolada con sombras largas estivales.
Solo llegar y ver a otro Kerax, esta vez de la organización, haciendo de valla de recepción.
Ya acomodados en el lugar asignado, tiempo para refrescarse y armar las carpas. Se venía la noche de campo en Colón.
Muy cerca de ahí descansaba otro vehículo esencial del Dakar. El Camión Escoba. En su caja carga motos y quads, o trae a remolque a aquellos competidores que abandonaron la prueba. Otro Kerax.
Córdoba marcó el final de nuestro viaje y el fin de la primera etapa del Dakar 2010. Inolvidable experiencia.