Este sábado, Triumph dio que hablar con el lanzamiento de dos motos que completan el abanico de ofertas  de los Clasicos Modernos de Hinckley. Hablamos de las Bonneville Bobber y Bonneville Street Scrambler.

La primera de estas dos es, quizás, la más llamativa y la que más cambios sufrió con respecto a la moto que le da el nombre. De Bonneville no queda mucho, con un chassis completamente nuevo, una posición puramente rutera y un motor con algunos cambios.

La ciclística, las suspensiones y el chasis son completamente nuevos y prometen una conducción cómoda y confiable, que se diferencia de la competencia por su sofisticación. Tiene un amortiguador trasero oculto bajo el asiento que permite lograr una estética de cuadro rígido pero con un buen confort de marcha y sumado a esto el asiento se puede ajustar para acomodarse a distintos tipos de pilotos y estilos de conducción.

Esta Bobber está impulsada por un motor Bonneville de 1200cc que entrega 77 hp, que pueden no parecer muchos, pero compensa con unos más que saludables 106 Nm de torque en una configuración especial para entregar más par motor y potencia a bajas rpm. La caja es de 6 marchas y además mantiene la electrónica de la Bonneville, con control de tracción, 2 modos de conducción -road y rain-, embrague anti-rebote, luces de LED y algunos detalles más que la separan de la competencia.

Las suspensiones son KYB con 90 mm de recorrido adelante y 77 mm detrás, los frenos son proporcionados por Nissin, con discos de 310 mm delante y 255 mm detrás, que deberían dar una frenada cuando menos correcta.

Por último monta llantas de 19 pulgadas adelante y 16 atrás, como para terminar de redondear el look bobber. Tiene un peso de unos 228kg, que para ser sincero, no se le notan y el tanque de combustible es bastante pequeño, cargando solamente 9 litros.

Pasando a la Bonneville Street Scrambler, se trata de una nueva interpretación de la linea Street Twin, y comparte el chassis y motor con esta última. El motor de 900 cc, con el cigueñal calado a 270°, entrega unos conservadores 54 hp pero se apoya en sus 80 Nm de torque, con un desempeño superior al modelo que reemplaza. Incorpora electrónica necesaria como para hacerla mas segura en el uso cotidiano, pero gracias a que el control de tracción y ABS son desconectables, permite explotarla al máximo cuando las condiciones son las indicadas. Algo que la versión anterior no tenía y el mercado demandaba.

La estética nuevamente es el fuerte de esta moto, con terminaciones impecables que son capaces de engañar hasta un ojo bien entrenado. Sin dudas el modelo que mas nos llamó la atención fue el verde militar, con el asiento simple y el espacio porta objetos, tal como Steve McQueen la hubiese querido. La caja es de solo 5 marchas pero tenemos entendido que están bien relacionadas tanto como para divertirse en la tierra como para viajar cómodo a mas de 120 km/h.

La suspensión tiene un recorrido acorde a su nombre con 120 mm tanto adelante como atrás y los frenos son similares a los que equipan la Bobber, unos Nissin con discos de 310 mm delante y 255 mm detrás.

Tiene un peso de unos 206kg que, nuevamente, no se hacen sentir y el tanque de combustible es un poco mas generoso con unos 12 litros. Finalmente calza cubiertas de tipo mixto, aptas para rutas de tierra, no así barro, y el rodado 18 adelante y 17 atrás mantiene las dimensiones típicas de una Scrambler.

 

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Galería: Triumph presentó sus nuevas Bobber y Scrambler

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