Los fabricantes de autos artesanales agrupados en Aciara (Asociación de Constructores Independientes de Automóviles de la República Argentina) realizaron la semana pasada un ensayo en el Autódromo de Buenos Aires. Allí se probaron instrumentos de medición y se realizaron diversos tests de aceleración, slalom y frenado. Forman parte de las pruebas que deben superar todos los vehículos que quieran ser homologados por el Gobierno bajo la nueva Ley de Autos Artesanales (leer más).

Para este ensayo, Aciara convocó a dos de los fabricantes nacionales que ya tienen sus desarrollos más avanzados. Osvaldo Bessia, un histórico de este rubro, llevó a la pista su famoso Biscayne Roadster, una réplica del legendario Shelby Cobra (leer más).

Sin embargo, la sorpresa vino por el lado del otro invitado. Esta prueba marcó el debut en pista del Rauda T04R. Se trata de un deportivo argentino de altas prestaciones, que está construyendo el preparador de autos de competición Héctor “Tito” Pérez, en su taller ubicado a sólo 150 metros del Gálvez.

Pérez es autor de más de 600 autos de carreras, que aún hoy compiten en categorías tan disímiles como Turismo Carretera, TC2000, TopRace, Turismo Nacional, Fórmula Renault y Rally. En el TC2000 estuvo a cargo de la fabricación de los autos de los equipos oficiales Ford, Volkswagen, Honda, Mitsubishi y Renault.

“Pero mi sueño siempre fue fabricar un súper deportivo para la calle”, le contó Pérez a Autoblog.

“Así nació nuestra automotriz Rauda Automóviles y el proyecto del T04R, con el objetivo de ofrecer un deportivo de altísimas prestaciones, con menos de dos kilos por cada caballo de potencia”, agregó.

La idea del Rauda surgió cuando se frenó el desarrollo de otro deportivo argentino: el Donto P1 (leer historia). Fue un auto impulsado por el piloto Laureano Campanera y diseñado por Lucas López, donde Pérez estuvo a cargo de gran parte del proyecto: “La P del P1 es por Pérez”, recuerda hoy Tito.

Como el Donto P1, el Rauda T04R se presenta con la arquitectura de una clásica barchetta: motor delantero -desplazado hacia el centro-, sólo dos asientos, tracción trasera y sin ninguna clase de techo (ni siquiera es descapotable). Es un tipo de vehículo extremo muy clásico, pero que volvió a estar de moda en todo el mundo en los últimos años (leer nota de Hernán Charalambopoulos).

El Rauda T04R se presentó en el Gálvez sin carrocería. El casco se encuentra todavía en etapa de fabricación, sobre la base de un diseño original firmado por Luciano Cianni.

Esa desnudez del primer prototipo permitió dejar a la vista las entrañas del nuevo deportivo nacional: chasis tubular y motor fabricado por Ford Performance.

Es un impulsor importado de Estados Unidos, especialmente creado por el Óvalo para este tipo de proyectos artesanales. Es un V6 3.5 biturbo, con 365 caballos de potencia y 570 Nm de torque. Es el mismo block de aluminio que lleva en la Argentina la F-150 Raptor, pero con otro rendimiento y electrónica. Por eso, mientras la Raptor es una bestia de 2.6 toneladas pensada para el off-road (leer crítica), el Rauda T04R promete ser un infierno en la pista: pesa sólo 800 kilos.

La definición del propio Pérez es suficiente: “Menos de dos kilos por caballo, de eso se trata el T04R”.

El motor se combina con una caja manual Tremec de seis velocidades, con diferencial Shelby American y semiejes de Ford Performance. Más allá de estos componentes importados, Rauda se encargó de fabricar en Argentina la gran mayoría de los componentes: el chasis, la carrocería, el radiador, el intercooler, la pedalera, las butacas y el tanque de nafta son de industria nacional.

El objetivo de Pérez es homologar el T04R para que pueda ser usado en la calle, aunque se sabe que sus prestaciones están pensadas para disfrutar a fondo en eventos tipo track days: jornadas de pista para autos particulares, con el objetivo de acelerar dentro del marco seguro de un circuito.

Rauda ya está inscripta como automotriz artesanal ante el Estado argentino y el T04R no será su único modelo.

Pérez y su equipo ya se encuentran trabajando en el Proyecto Díscolo: un vehículo off-road biplaza, con tracción trasera y motor central Ford 2.0 Ecoboost. Un buggy con prestaciones deportivas para surfear médanos, pero que también estará homologado para circular por la calle. En el Díscolo está trabajando Santino Balestrini, nieto de Rafael e integrante de una histórica dinastía de grandes motoristas argentinos.

Carlos Cristófalo
Fotos: Rauda y Bessia Motorsport

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Martes 27 de octubre, Autódromo de Buenos Aires. Aciara realizó un simulacro de los ensayos dinámicos que deberán aprobar los autos fabricados bajo la nueva Ley de Autos Artesanales (ver normativa).

Participaron dos voluntarios: el Bessia Biscayne Roadster (izquierda) y el primer prototipo (aún sin carrocería) del Rauda T04R (derecha).

El Biscayne Roadster es un viejo conocido: es la réplica del Shelby Cobra, fabricada por Osvaldo Bessia en Don Torcuato (leer historia).

El Rauda aún se encuentra en desarrollo. Nació sobre la base de un diseño original de Luciano Cianni (render).

Y evolucionó bajo las órdenes del equipo de Héctor "Tito" Pérez (maqueta en escala).

Mientras terminan la carrocería, el prototipo giró por primera vez en pista.

Rauda T04R: primera prueba en pista para el nuevo deportivo argentino
En posición delantera central: el block V6 3.5 biturbo de la Ford F-150 Raptor. Y suena así (ver video abajo).

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