Cualquier fanático de los autos sueña con tener una Ferrari. Pero, en los años ’80, la fantasía no era tener cualquier auto de Maranello. El deseo inalcanzable era una Testarossa, pero no como la que usaba Diego Maradona (leer historia): todos querían la Testarossa de “Out Run”.
Así se llamaba el videojuego más famoso de esa época, que consistía en una carrera callejera de autos. El protagonista manejaba una Testarossa descapotable, iba a acompañado por una rubia de pelos al viento y hasta podías cambiar la estación de radio. Era genial tomar las curvas quemando neumáticos, pero ojo con perder el control: la Testarossa Out Run volcaba, salías volando y la rubia te puteaba despacito, mientras aparecía el cartel de “Game Over”.
Andrés Krembs y Luis Rojas, dos mecánicos y artesanos de Castelar, crecieron jugando “Out Run” y, apenas tuvieron la posibilidad, se decidieron a fabricar la Testarossa Cabrio del Conurbano bonaerense.
Así, después de tres años de trabajo, nació el Krembs Rojas en 1995. Fue creado sobre la base de un Fiat 1500 y mantuvo la mecánica original: 1.5 litros de 81 caballos, caja de cuarta.
Según los registros del sitio histórico Coche Argentino, el color original fue blanco, como la Testarossa de “División Miami” (leer historia). El interior se equipó con tablero digital y televisor. Fue la estrella de muchas exposiciones locales y, durante un tiempo, lució una pintura vampiresca sobre el capot.
Hoy su color es rojo y su actual dueño, Pablo Mauricio, decidió poner el Krembs Rojas a la venta: pide 390 mil pesos. Una montaña de fichines.
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Es una obra de Andrés Krembs y Luis Rojas.
"Ready? Go!"
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VIDEO: Sega - “Out Run”