Introducción de Renato Tarditti
Fotos de Rafael Delceggio
Director y Editor de Arte de MiuraMag

-¿Cuáles son tus 10 autos?
-¿Los 10 autos que tendría en mi garage? ¿Los 10 que más me gustan? No entiendo.

-No, los 10 autos que te definen como fanático de los autos. Los 10 más importantes de tu vida.
-Ah, eso es más complejo. ¿Tenés tiempo? Te cuento…

A lo largo de la corta historia de MiuraMag, la nueva revista argentina de autos, más de 40 personalidades pasaron por este interrogatorio: pilotos de carreras, diseñadores, ejecutivos de la industria, deportistas, artistas, periodistas, todos ellos contaron su biografía como petrolheads, a partir de los diez autos más importantes de sus vidas.

Observe el lector el rostro de aquí abajo. Es el de un cazador que acaba de olfatear una presa y está pergeñando la manera de hacerse de ella. Puede ser la primicia de un nuevo modelo, algún problema en una fábrica, la prueba de un espectacular auto deportivo o de alguno flojito en materia de seguridad.

La “presa”, en definitiva, puede ser cualquier noticia de autos en Argentina, y el objetivo es extraerle hasta la última gota de información para los ávidos lectores de su sitio web Autoblog, el más leído e influyente del país.

Ese instinto periodístico-asesino está combinado con una incomparable prepotencia de trabajo y una incondicional pasión por los autos. Por eso, Carlos Cristófalo es el puto amo de las noticias de autos en Argentina. Y, claro, el editor periodístico de MiuraMag.

R.T.

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DECÁLOGO Los 10 autos de Carlos Cristófalo

Texto de C.C.
Director de Autoblog y Editor Periodístico de MiuraMag

1. Peugeot 505: Mi papá, Orlando "Poroto" Cristófalo, tenía un concesionario Peugeot en Laboulaye (Córdoba). Nosotros vivíamos en Béccar (Buenos Aires), pero él viajaba seguido para allá. En mis vacaciones de la escuela, me encantaba acompañarlo en su trabajo. El salón de exposiciones, el taller mecánico y las estanterías de repuestos fueron mi mejor patio de juegos, durante varios veranos. Por supuesto, papá tenía un 505, que en ese entonces era el auto más caro y lujoso de la Argentina. Y, por supuesto, fue el primer auto que manejé. Buen comienzo, ¿verdad? Si no hubiera sido porque casi lo choqué contra un árbol. Le eché la culpa al auto: "El embrague desacopla muy de golpe", intenté explicarle a papá. Fue una excusa impresentable. Pero, ahora que lo pienso, también fue mi primera crítica periodística (leer más).

2. Fiat Spazio: Unos años después, el concesionario de Laboulaye se convirtió en representante de Sevel. Papá tenía el 505 y mamá andaba en el Spazio. Fue el auto con el que aprendimos a manejar de verdad los tres hermanos Cristófalo: Mavi, Orly y yo. El motor nunca llegaba a enfriarse. Las llaves pasaban de manos de un hermano a otro, sin parar. Fue el Fiat más confiable y robusto que conocí en toda mi vida. Aguantó todo, incluyendo algunas tropelías. Con mi amigo Antonio, que tenía una rural Falcon, corríamos superprimes de rally por las calles del Bajo de San Isidro, que por ese entonces eran de barro. Desde luego, la tracción delantera del Spazio y su bajo peso lo hacían imbatible. Era una estupidez, porque era peligroso e ilegal. Pero también porque nunca voy a olvidar las puteadas de mi madre, cuando volvía a casa con el Spazio hecho una mugre (y con barro hasta el techo).

3. Fiat Uno: Fue el primer auto que compré con mi plata. Lo tuve a los 19 años y desde 0km, gracias a que siempre ahorré, a que trabajé desde los 17 y a que los amigos de Laboulaye me hicieron un buen descuento. Mi papá ya no era el dueño del concesionario y había fallecido dos años antes, pero así y todo tuvieron una atención con el chico que se robaba todos los folletos del showroom, cada verano. Fue el Fiat menos confiable y más tallerista que pude haber conocido (leer crítica).

4. Peugeot 205 CTi: En 1998, con la plata de la indemnización del fallido primer Diario Perfil, y cansado de la fragilidad del Fiat, decidí por fin comprarme un auto que siempre me había gustado. El Peugeot 205 Turbo 16 de rally me hizo fanático de los autos -gracias a los folletos que encontré en una estantería de Laboulaye- y el descapotable deportivo, con carrocería de Pininfarina, era la versión más cool que podías conseguir en la Argentina. Lo manejaba sin techo hasta en invierno. En la guantera nunca faltaban gorros de lana y anteojos de sol, para que nadie se quejara por la intemperie. Fue el auto con el que conocí a Dolores, la mujer de mi vida. El CTi era el accesorio perfecto para nuestros primeros viajes de romance clandestino, sin techo y con los Red Hot Chili Peppers, siempre al mango. Imberbe, caí en la estafa de un vendedor de autos: perdí el auto y la plata tras la quiebra de su agencia, durante la crisis argentina del 2001 (leer más).

5. Honda Civic VTi: Desde 1987, todas las semanas miraba por VCC el programa "A Todo Motor", de Rubén Daray. En noviembre de 1990, le mandé una carta -postal, de esas que había que tirar en un buzón- para felicitarlo por el programa y proponerle algunas ideas de notas. Un caradura: yo tenía 17 años. Pero Rubén me llamó por teléfono -de línea, con esos aparatos que tenían discos y cables enrulados- y me propuso trabajar con él. El nombre de mi cargo era más bien pomposo: "Productor Periodístico". En la práctica, escribía el guión del programa los lunes y martes. Los miércoles, jueves y viernes era el cadete, que hacía los mandados. Entre 1990 y 1994, manejé todos los autos que pasaron por el garage de ATM, desde un VW Gol hasta una coupé Honda NSX. Pero la coupé VTi era inolvidable: un motor de moto, en un lindísimo deportivo compacto. Era el auto personal de Daray. Perdón, Rubén, por cagarlo tanto a palos. ¡Y gracias por darme mi primer laburo! (leer crítica).

6. BMW 125i: Era feo, ¿verdad? Pero fue el primer auto que una automotriz le prestó a Autoblog, en 2006. En esa época, los sitios de internet no probaban autos. Y casi nadie entendía para qué servía un blog. Sin embargo, Rolf Epp, pasante del área de Prensa de BMW, ya era lector mío y quiso que el hatchback con extraño diseño -¿zapato de payaso?- protagonizara la primera crítica de ese blogcito. No le fue nada mal a Autoblog. Tampoco a Rolf Epp, que hoy es el presidente de BMW Group Argentina. El primer Serie 1 no era un auto lindo, pero traía suerte (leer crítica).

7. Mercedes-AMG E 63 S 4Matic Estate: En octubre de 2015, con mi colega y hermano Rodrigo Barcia (Autoblog Uruguay), viajamos al Salón de Frankfurt, en Alemania. Y nos quedamos unos días más. Le pregunté a la gente de Prensa de Mercedes-Benz Argentina si nos podían conseguir un auto, para movernos por allá, y Soledad Carranza me escribió con la respuesta: "No sé cómo lo logré, pero te conseguí un AMG". Lo fuimos a buscar a la casa central de Stuttgart. Era una hermosa rural con un V8 biturbo y 585 caballos de potencia. "¿Y qué vamos a hacer con este auto?", pensamos. "¡Vamos a Nürburgring!", resolvimos en un segundo. Nos quedamos tres días en el pequeñito pueblo de Nürbur, nos embriagamos de autos en el lugar más fierrero del planeta y coronamos todo con cuatro vueltas al Nordschleife. Nunca disfruté tanto un auto de "trabajo" (leer crítica).

8. Porsche Panamera Turbo S: Soy un argentino de clase media y, como tal, desde que me convertí en padre sentí el mandato burgués de llevar a mi hijo a Disney. Por suerte, Vito me salió más bien fanático de Lego. Así que, cuando por fin viajamos a Miami en familia, los amigos de Porsche Argentina me consiguieron un auto. Nos fuimos hasta Orlando, en el vehículo más extravagante para visitar Legoland: V8 biturbo, con 550 caballos de potencia. Como verás, en mi opinión, los mejores parques de diversiones del mundo son Nürburgring, Legoland y "V8 Biturbo" (leer crítica).

9. Ferrari 488 GTB: "Te conseguí una Ferrari, para que pruebes". Renato Tarditti, mi socio y director de MiuraMag, me dio una de las alegrías más grandes de mi carrera periodística. Escribo sobre autos desde los 17 años. Pruebo un promedio de 60 autos diferentes por año. Y nunca antes había manejado una Ferrari, mi marca favorita. La nota salió publicada en la edición número 4 de esta revista. Gracias, Renato. Gracias, Miura. Me cumplieron el sueño de la infancia (leer crítica).

10. Pick-ups: Ninguna, en particular. Todas, en general. Son los vehículos que ayudaron a construir la Argentina: símbolos del campo, la minería y el trabajo en nuestro país. Y, para mejor, desde hace unos años, la Argentina se convirtió en uno de los mayores especialistas mundiales en fabricación de pick-ups. Son las mejores herramientas de trabajo que producimos y los mejores vehículos para recorrer, también, los caminos interminables de la Argentina. Por eso, me encanta manejar y probar pick-ups. Me ponen de buen humor. Y me llenan de orgullo cuando, además, están hechas por manos argentinas.

C.C.

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El backstage de MiuraMag.

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FICHA TÉCNICA DE C.C.

* Película de autos: Vanishing Point (1971) y Cars (2006)

* Canción rutera: "Amanece en la ruta" (versión de Fabiana Cantilo)

* Marca de autos: Ferrari.

* País de autos: Italia.

Prioridades en un auto (ordenar por importancia)

  1. Seguridad
  2. Confiabilidad
  3. Personalidad
  4. Practicidad
  5. Industria nacional
  6. Autonomía
  7. Historia
  8. Prestaciones
  9. Diseño

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