Texto y fotos de Morgan
Debo ser uno de los más antiguos lectores de Autoblog y conozco a C.C. personalmente, aunque todavía no me invitó a comer asado a la República de Béccar (Nota de la Redacción: “ups!”).
Durante unos intercambios por WhatsApp, le comenté que me iba a Italia para ver ganar a Charles y su Ferrari, en Tierra Santa. Y le dije que aprovecharía el viaje para darme el gusto de recorrer todo lo que incluyera autos italianos, entre ellos Pagani Automobili.
C.C. me amenazó con que si no le hacía una nota con una guía práctica para visitar el Museo Horacio Pagani, que se inauguró en diciembre de 2017, me daría un ticket directo al Planeta de Poochie.
La realidad es que, sacando el hecho de que uno tiene que estar en San Cesario sul Panaro un martes de septiembre a las dos de la tarde, todo es bien fácil y todo se puede hacer en pocos pasos.
Sólo hay que hacer la reservación de la visita a la fábrica en la página web, con el día elegido. Ellos te enviarán un mail con las opciones de idioma que tienen para ese día y solo deberás contestar cuál de las opciones es la más conveniente para vos. No había en castellano y me es mucho más simple entender inglés que italiano, así que elegí esa opción. Durante la reservación validarán tus datos y podés elegir pagar en el lugar el día de la visita. Yo opté por esa opción, por las dudas de que no me pudiera presentar. Esta es una diferencia con respecto a otros museos, como Ferrari o Lamborghini, donde la entrada tiene validez por un año.
La entrada, que incluye la visita al Museo Horacio Pagani y recorrer la fábrica, cuesta 50 euros por adulto. No es barata, pero después de verla te digo que vale la pena. La reserva la hice con seis meses de anticipación, apenas tuve más o menos armado el viaje. Por la cantidad de gente que va y que solo son dos visitas por día, sugiero reservar con anticipación. No se puede llegar y engancharse en el momento. Así me lo explicaron en la recepción.
EL MUSEO
Tenía la visita agendada para las 15:30, pero llegué una hora antes y luego de acreditarme recorrí el Museo. No es un museo grande, pero sí completo. Tiene toda la historia de Pagani representada y unos cuántos autos de sus dos modelos: Zonda y Huayra. Podés admirar cada detalle y sacarles todas las fotos que quieras, porque los tenés a centímetros y con todas las entrañas a la vista, para poder disfrutar. Lo único que te piden es que no toques nada. Y nadie toca nada.
A la hora convenida, te hacen dejar cámaras, celulares y mochilas en los lockers que están en la entrada y comienza la visita formal. Primero, recorriendo el Museo y contándote toda la historia de Pagani, desde que Horacio era un niño. La guía, que hacía sólo dos meses trabajaba en Pagani Automobili y todavía no se había subido a ninguno para pasear, nos contó todo con una claridad y simpatía que me sorprendió. Contó detalles de cada uno de los autos expuestos, números de serie, nombre de fantasía de ese auto en particular, características técnicas con lujo de detalles, etcétera.
En exposición, estaban el Fórmula 4 que diseñó y construyó Horacio. Un Zonda “La Nonna”, un Zonda S 7.3, un Zonda F Coupé, un Zonda F Roadster, un Zonda Cinque Roadster, un Zonda R, un Huayra y motores Mercedes-AMG en varias versiones. También se expone el Sulky de carreras en fibra de carbono que se fabricó en la planta, que está colgado de la pared. Se exponen también las maquetas en 1:5 con las anotaciones personales de Horacio, para modificar el diseño.
LA FÁBRICA
Una vez recorrido el Museo ingresamos por un pasillo a la fábrica. En ese pasillo, a través de unas pequeñas ventanas, vemos un Huayra rojo, en fase de ajustes finales, casi listo para su entrega.
Este pasillo desemboca en la nave principal de la fábrica. Allí están todas las estaciones del armado de un Pagani: chasis, los conjuntos de suspensiones delanteras y traseras, motor y caja, interior, tablero, puertas, etcétera. Cada una de estas estaciones sólo tiene las piezas de ese auto que se está montando. No hay stocks de piezas en los almacenes y lo que está en proceso de fabricación pasa directo al montaje. El plazo de entrega de los Pagani es de dos años, desde que se hace el pedido formal.
Luego de recorrer las estaciones de montaje del auto, pasamos a recorrer la zona de producción de las piezas de fibra de carbono. Desde el chasis hasta las manijas de las puertas son de este material. Algunos compuestos varían y tienen combinaciones con kevlar y titanio, dependiendo de la exigencia de la pieza. Lo mismo ocurre con los espesores. Durante esta parte de la visita nos dieron muestras de diferentes componentes en diferentes etapas de terminación y es sorprendente lo liviano de las piezas y el grado de terminación que tienen.
En el primer piso esta la zona de tapicería e interiores, donde todo se hace in situ, en forma artesanal.
Un detalle: todas las piezas del auto tienen el número de serie del auto. Hasta el logo del capot. Así que, si te lo roban, no te queda otra que mandarlo a pedir y ya queda en tu hoja clínica que te lo repusieron.
Pero lo más interesante, desde mi punto de vista, es el lugar donde se encuentran los autos de los clientes. Están los que ya tienen terminados para entregar, los que llevaron para hacer un service o los vehículos de los clientes que simplemente usan la fábrica como garage (se les cobra una expensa nada barata). Estos clientes los pasan a buscar cada vez que están por la zona o piden el envío a algún lugar en particular. Estoy hablando de un garage con más de 20 Pagani. Impresionante.
Entre los que estaban ahí, podemos mencionar un Zonda R y uno de los cinco Zonda Revolucion, el violeta de Lewis Hamilton (el que más me gustó a mí), un Huayra BC Roadster y otros ploteados como “mulas” de pruebas, aunque eran autos terminados y sus dueños no quieren que se vea la combinación de colores elegida. Reconozco que algunas no me gustaron ni un poquito.
CONCLUSIÓN
La visita termina nuevamente en la entrada del Museo, donde también está el salón de ventas de merchandising, con precios que asustan hasta a los dueños de los Pagani, así que sólo me dediqué a mirar.
Dejé para el final una anécdota divertida.
Mientras estábamos en plena charla didáctica, mi hijo me dice: “¡Mirá esa Ferrari que pasó!”. Le respondí: “No me interesan las Ferrari ahora…”
Cuando vamos saliendo, me señala una Ferrari F12TdF roja, que estaba estacionada en la puerta de la fábrica. Era la Ferrari personal del Capo, de Horacio. Me quería matar. El solo pensar que me lo podía cruzar en el lobby de la fábrica me hizo putear en Arameo. Y ahora sí: que me manden al Planeta de Poochie.
Morgan
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DATOS PRÁCTICOS
Lugar: Museo Horacio Pagani y fábrica Pagani Automobili
Dirección: Via dell’Industria 26; San Cesario Sul Panaro (MO), Italia
Para reservar visitas: www.pagani.com/factory-tours
E-mail: paganitour@modenatur.it
Horarios: lunes a viernes (9:30 a 17:00 hs) y sábados (9:30 a 12:30, sólo Museo, fábrica cerrada).
Precios: Tour Museo + Fabrica, 50 euros. Tour Museo, 23 euros. Visita a museo sin tour, 18 euros.
Merchandising oficial: Remera, 50 euros. Chomba, 75 euros. Auto 1/18, 65 euros. Billeteras, 85 euros. Pata-pata infantil Pagani, 150 euros. Pagani eléctrico para niños, 899 euros.
Otros tips: Salir con tiempo. Aunque parezca mentira, el tránsito a veces se pone un poco denso en algunas zonas, porque hay muchos camiones y rotondas. Recorrer los 15 kilómetros que separan el centro de Módena de San Cesario se pueden hacer en 45 minutos o en 10. Si van en auto, no hay problemas para estacionar junto a la fábrica. Está en una zona industrial y hay lugar de sobra.
Atentos, Paparazzi: Los autos de pruebas de Pagani se ensayan en las calle, así que estén atentos que se pueden encontrar con a la vuelta de la esquina. El sonido es espectacular.
Morgan
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VIDEO: Así es el Museo Horacio Pagani