Texto de Lola Tyrrell
Editora de AlterEdu

Desde El Bolsón (Río Negro) - ¿En qué se parecen una escuela y una fábrica de autos? Más exactamente, ¿en qué se parece una escuela con una fábrica de Ford? Hace más de dos siglos, el fordismo terminó de moldear el formato que tendría la mayoría de las escuelas del mundo: una línea de montaje de primero a sexto grado, que producía alumnos en vez de autos.

La disciplina de los cuarteles y el sermón del cura pastor habían hecho el trabajo previo como instituciones predecesoras de los Estados occidentales. El reloj y la campana separaban trabajo de descanso, y el guardapolvo emuló al overall. Así, la educación masiva se convirtió en una de las primeras industrias multinacionales del planeta.

Las escuelas no han cambiado mucho desde entonces, salvo algunos intentos vigentes en varias partes del mundo, que todavía seguimos mirando de reojo. El aula clásica sigue teniendo el monopolio de la educación considerada legítima por la mayoría de las sociedades, a pesar de las evidencias de que no es ni la única ni la mejor manera de aprender. Pero esa es otra historia: para leer los mejores test drives de escuelas y proyectos pueden visitarme en AlterEdu, mi sitio de noticias y crónicas sobre experiencias que alteran lo que hasta ahora conocíamos como “Educación”.

No se asusten: para los queridos fierreros de Autoblog, hay una historia donde los autos siguen siendo protagonistas.

La semana pasada, Ford Agentina me invitó a la inauguración del nuevo Salón de Usos Múltiples (SUM) de la Escuela Provincial 271 de El Bolsón, en Río Negro. Es una de las 41 escuelas que la automotriz construyó y donó en distintas partes del país entre 1968 y 1982. Y, desde 2003, Ford Argentina también encaró la tarea de remodelarlas y actualizarlas, según las nuevas necesidades.

Marcelo Machao fue nuestro guía. Es el gerente de Responsabilidad Social Empresaria y la cabeza detrás de esta aventura, que empezó mucho antes de que se hablara de la responsabilidad que tienen las empresas, como actores sociales, en la vida común.

“El Programa Ford para la Educación es otra clase de motor”, dice Machao, mientras nos preparamos para subir a la combi que nos llevará hasta la escuela que todos conocen como “La Ford” en El Bolsón.

Estaba en medio del campo, cuando la inauguraron, y hoy quedó en pleno centro de este valle encantador conocido por la cerveza artesanal, la vida slow, el turismo de verano y el ski en el Cerro Perito Moreno. La helada de agosto cruje bajo nuestros pies y explica por qué la escuela les ha pedido a sus benefactores la construcción de un SUM de 387 metros cuadrados, para que sus más de 300 nenas y nenes puedan hacer los recreos, actividades deportivas y artísticas bajo techo, en los meses más duros del invierno.

“Los precursores de la idea en Ford hicieron un estudio muy a conciencia, junto con el Ministerio de Educación de esa época, para encontrar puntos alejados con más necesidad, en general zonas rurales y de frontera. El objetivo fue generar igualdad de oportunidades, porque para que una sociedad crezca el motor es educar y que todos tengamos herramientas para la vida. Es la mejor parte de mi trabajo, cuando los padres de los chicos de hoy, que también fueron alumnos, vienen y nos agradecen”, cuenta Machao.

Los concesionarios de la marca en las distintas provincias aportan con un porcentaje de su facturación al presupuesto del programa, en partes iguales con la empresa. Muchas veces ofician además de padrinos, manteniendo el contacto con la comunidad local. Los empleados también participan a través de los programas de voluntariado y el departamento de Ingeniería de la marca diseña el proyecto y supervisa la obra.

Hace cincuenta años era una aventura llegar hasta algunas escuelas que sólo se conocían por coordenadas. Machao es entrerriano y cuenta que por sus pagos, en el Este, empezaron las primeras caravanas para buscar zonas donde construir. En muchos de esos lugares aislados, lo primero era proveer de agua potable segura y llevar la energía eléctrica, todo en estructuras de bajo mantenimiento. “Vos vas con la cabeza urbana y las necesidades que ves son completamente distintas. Hay escuelas hogares con maestras que son psicólogas, cocineras y enfermeras”.

Por eso, cada equipo de Ford que viaja tiene mucho cuidado de escuchar las necesidades reales y urgentes de cada población. Hoy los proyectos de remodelación incluyen tecnología y equipamiento sustentable, porque hacia eso no nos queda otra que ir. Sin embargo, “las escuelas necesitan la ayuda de mucha más gente: las autoridades, los concejos escolares. Queremos que otras empresas privadas nos copien”, asegura sin tapujos Machao.

Para conocer qué hace a esta escuela especial, charlé durante la mañana con los chicos, padres y madres, maestros y directivos. La mayoría es segunda o tercera generación de alumnos, y coinciden en que conserva a través de los años el cariño de una gran familia.

Hablando con Norma Woodman, la directora actual, y Silvia Latour, la anterior, me dijeron que el fuerte de la escuela es la flexibilidad para atender cada caso, sin rigideces ni castigos, como la repitencia. También destacan la libertad para hablar en las reuniones donde participan los 31 docentes de la planta. “La impronta de esta escuela es que estamos abiertos a lo nuevo y no enfocamos a los problemas como tales, sino con el espíritu del desafío. La diversidad y la convivencia son nuestras fortalezas”, cuenta Norma.

Pienso que la caravana de Ford que va tocando estos puntos del mapa va abriendo espacio para otras infinitas historias. Y una de las más lindas de “La Ford” de El Bolsón es la del trabajo de inclusión. Silvia me contó cómo se prepararon para recibir en primer grado a Ismael, un alumno ciego que hoy está en cuarto grado. Todos, desde los auxiliares hasta los docentes y directivos, pasaron un día haciendo las actividades típicas de la escuela con los ojos vendados. Y me acuerdo que un rato antes, cuando sonaba el himno, seis chicas atrás mío lo cantaron con lenguaje de señas.

L.T.

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Ford construyó 41 escuelas en la Argentina y así las está remodelando
Así era "La Ford", la escuela construida en 1968 en El Bolsón.

Ford construyó 41 escuelas en la Argentina y así las está remodelando
Y así está hoy. Sigue enmarcada por las montañas, pero quedó en plena zona urbana, con más cantidad de alumnos que nunca.

Ford construyó 41 escuelas en la Argentina y así las está remodelando
Necesitaba un Salón de Usos Múltiples (SUM) y Ford Argentina lo inauguró la semana pasada.

Ford construyó 41 escuelas en la Argentina y así las está remodelando
Materiales de diseño y equipamiento sustentable, para el frío y las precipitaciones de la Patagonia andina.

Ford construyó 41 escuelas en la Argentina y así las está remodelando
Marcelo Machao (Ford Argentina) y Alberto Weretilneck (gobernador de Río Negro), en la inauguración.

Ford construyó 41 escuelas en la Argentina y así las está remodelando
Esta vez no manejamos ningún Ford. Los protagonistas fueron ellos.

Ford construyó 41 escuelas en la Argentina y así las está remodelando
Las obras y el mapa con las 41 escuelas construidas por Ford Argentina. Click en la imagen para ampliar.

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VIDEO: "La Ford" en El Bolsón

Galería: Ford construyó 41 escuelas en la Argentina y así las está remodelando

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