En 1981, Horacio Pagani se compró su primer auto: un Toyota Corolla. El joven constructor de Casilda –que alcanzaría la fama mundial con su automotriz italiana Pagani Automobili- utilizó ese auto para transportar algunos de sus primeros experimentos con ruedas: una casa rodante de materiales compuestos, un tráiler para mediciones de pruebas de manejo y un Fórmula Renault.
El año pasado, el viejo Corolla fue encontrado por un admirador de Pagani, Diego Posso. Y la unidad fue comprada por apenas 200 dólares por el empresario y coleccionista de autos Jorge Gómez. El origen del auto fue confirmado por el propio Pagani, quien le dio su bendición a una de las excéntricas ideas de Gómez: transformar el Corolla en una obra de arte.
Allí intervino el artista Joaquín Arbiza, quien desarmó por completo el Corolla y lo convirtió en una gigantesca escultura de tres metros de altura: la obra simboliza la mano de Horacio Pagani, sosteniendo un lápiz, en posición de dibujo. Durante el proceso de desarme del auto, Arbiza se encontró con alguna sorpresa (ver video abajo).
La escultura ahora será exhibida en el Museo Colección Gómez, que se inauguró el año pasado en Nordelta (leer nota).
Mientras tanto, Arbiza y Gómez siguen adelante con otra idea: la escultura de un Zonda con 100 mil monedas argentinas (ver nota).
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