En marzo pasado, viajé a San Pablo (Brasil), con una "misión embargada". Esto no significa que me hayan bloqueado las cuentas del banco: quiere decir que todo lo que hice, observé y escuché durante un día completo, quedó sujeto a un contrato de confidencialidad por tres meses.

Ese embargo ya terminó y ahora lo puedo decir con todas las letras: durante un día fui piloto de pruebas de Ford.

El “trabajo” consistió en conocer y manejar antes que nadie el nuevo Ka Freestyle, que se lanzará a la venta en la Argentina en el segundo semestre. Junto a un reducido grupo de colegas brasileños y argentinos, también pude compararlo con sus competidores. Y hasta sugerir mejoras en el vehículo, a los ingenieros de Ford.

Todo comenzó con un vuelo desde Aeroparque hasta Guarulhos, el aeropuerto internacional de San Pablo. Pasamos una noche en un hotel de Vila Olimpia, cenamos pizza con pirarucú y a la mañana siguiente –casi al alba- salimos en bus con rumbo a Tatuí, una localidad ubicada a 150 kilómetros de la gran ciudad brasileña.

En Tatuí se encuentra la pista de pruebas de Ford más grande de América Latina. Es un campo de 4,66 millones de metros cuadrados, con 50 kilómetros de circuitos que simulan caminos de todo el planeta. Allí se ensayan todos los autos que se producen en nuestra región, incluyendo al Focus y la Ranger argentinos. También, como parte del intercambio con otras filiales, se prueban modelos que tal vez nunca lleguen a nuestra región: sólo se aprovechan las instalaciones de Tatuí, su clima tropical y la experiencia de sus pilotos.

Por eso, en el estacionamiento, había un par de Mustang Shelby, que por ahora no se venden en el Mercosur. Una pena.

Lo más interesante: en Tatuí no sólo se prueban modelos de Ford. También se analizan y comparan los principales autos de la competencia.

Como parte del contrato de confidencialidad, no me permitieron tomar fotografías. Me quedé con las ganas de sacarme una selfie con los Shelby.

Las imágenes que se publican acá tal vez no sean las más representativas del evento, pero fueron las que aceptó difundir Ford, luego de analizar que en ellas no se escapara ningún “material sensible”.

Incluso, perpetraron la mayor restricción de libertad a la que me pueden someter: me negaron la clave del wi-fi. Lo único que alcancé a publicar de ese viaje fue un tweet en Guarulhos (ver abajo).

La idea del evento fue seguir la misma rutina de trabajo de los pilotos de pruebas de Ford. Es decir, la jornada comenzó con café, pao de queijo y una charla técnica. Allí, los ingenieros del Óvalo presentaron los detalles del nuevo Ka Freestyle.

Se trata de una versión aventurera del auto más chico que Ford fabrica en Brasil.

El Ka ya es un modelo global de Ford. Se fabrica en Brasil (para abastecer a América Latina) y en India (que atiende a Europa), con el objetivo de ofrecerlo en 125 países de todo el planeta.

Gaspar Hohage, director de Desarrollo de Producto de Ford para América del Sur, nos mostró las primeras unidades de preserie. En Ford las llaman TT, por “Tool Trial”. Son vehículos que sirven para realizar ensayos y ajustar todos los proceso de producción.

Hohage enumeró todas las mejoras que recibió el restyling del Ka, con respecto al modelo actual. No sólo tiene retoques en el diseño. Hohage asegura que mejoró la acústica del interior, se redujo el rumorosidad en rodaje y también el ruido aerodinámico. Después de 75 horas de trabajo en el túnel de viento, el coeficiente aerodinámico del Ka bajó de Cx 0,34 a 0,33.

La mejor aislación se pudo comprobar en la pista con las unidades TT. Y también fue posible medirla con un instrumental de alta precisión: una gran cabeza robótica de color negro, llena de sensores, con micrófonos que detectan sonidos de todo tipo de frecuencia y que hasta es capaz de indicar de dónde proviene cada ruido que detecta. Esa cabeza negra, que tiene un costo de casi 100 mil dólares, parece el sueño de cualquier mecánico con clientes del tipo: “Beto, el auto me hace un ruidito criki-criki por ahí abajo, no sé, te lo dejo un par de horas, vos fijate…”

También se modificó la puesta a punto del chasis. Las trochas se ensancharon 30 milímetros y se colocaron barras estabilizadoras más gruesas. La versión Freestyle tiene mayor despeje del suelo: 183 milímetros contra 165, de los otros Ka.

La novedad que más me gustó: todas las mejoras en seguridad. El Ka Freestyle vendrá de serie con control de estabilidad (como ya ofrecía el SEL), pero además sumará ARP (sistema de prevención de vuelcos) y seis airbags (hasta ahora tenía dos). También nos mostraron los nuevos refuerzos estructurales, que incluyen barras de protección laterales en las puertas delanteras.

No es un dato menor: el actual Ka fracasó en las pruebas de choque con impacto lateral de LatinNCAP. El organismo encargado de evaluar los autos que se venden en América Latina le puso la peor calificación: cero estrellas (ver nota). Veremos si mejora.

También nos mostraron muchos cambios en las mecánicas. El motor cuatro cilindros 1.5 16v, de 105 cv y 138 Nm, fue reemplazado por el impulsor que incorporó el año pasado la versión de entrada a gama de la EcoSport: tres cilindros 1.5 12v y distribución variable, con 128 cv y 152 Nm. Además, en Brasil contará con un tres cilindros 1.0 con 80 cv y 100 Nm, sólo apto para alcohol.

Más novedades mecánicas: estrenará dos nuevas cajas de cambio. Una es la automática 6F15 con convertidor de par y seis marchas, que ya tiene la EcoSport. La otra es la manual MX65 de cinco velocidades, que debuta en América Latina.

No fue posible probar prestaciones, pero mis “colegas”, los pilotos titulares de Ford, me pasaron algunos datos de sus libretas de apuntes. Según las mediciones de ellos –y tomémoslo con pinzas, porque ellos son empleados del Óvalo-, el nuevo Ka 1.5 Manual acelera de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos y consume 7,4 litros cada 100 kilómetros. El Ka 1.5 Automático acelera en 10,6 segundos y gasta una media de 8,2 litros cada 100.

Cuando se lance en el segundo semestre, seguramente podremos probar una unidad durante una semana en las rutas argentinas. Ahí podremos publicar nuestras propias mediciones.

Después de la presentación técnica, llegó el momento de salir a la pista. En el circuito nos estaban esperando los nuevos Ka Freestyle. Y también estaban algunos de sus competidores a nuestra disposición: Chevrolet Onix Activ, Chevrolet Prisma, Hyundai HB20 (hatchback) y HB20S (sedán).

El manejo en la pista lo hicimos siempre con un piloto titular, vigilando desde el asiento del acompañante. El trazado del circuito era soñado. Un combinación de rectas y curvas peraltadas, con muy buen asfalto y una generosa cantidad de carriles. Así, quienes viajaban más lento se ubicaban a la derecha, para que alguien (yo, jé) pudiera pasarlos a fondo por la izquierda.

Un sector del trazado está incluso decorado con árboles frutales y coníferas. Tiene cierta reminiscencia paisajística con el Nordschleife, en primavera.

“Lo hicimos a propósito”, me contó mi acompañante. “Porque nos encanta Nürburgring y porque en el verano salimos a recolectar mandarinas para el postre. Manejo autos todo el día y consumo las frutas que cosecho con mis manos. No me pagan mucho, pero creo que tengo el mejor trabajo del mundo”, confesó.

No pude contradecirlo, sobre todo cuando me habló de los Mustang Shelby: “Es genial salir a manejarlos. La pintura de los Shelby está un poco arruinada, de tanto ponerles y sacarles los adhesivos con el camuflaje, pero la mecánica… ¡meu Deus, ese motor lo escuchan hasta en San Pablo!”.

Pero volvamos a los autos del Segmento B (chico). Hay que reconocer que el Ka Freestyle se mueve muy bien. El motor 1.5 de tres cilindros y la caja automática se entienden a la perfección, sobre todo en un auto bastante más liviano que la EcoSport. Además, el mayor despeje del suelo no molesta mucho: el auto rola poco. De hecho, el Freestyle me pareció ágil y divertido de manejar.

No es un deportivo, pero es bastante gauchito en pista.

Por supuesto, en la comparación, los Chevrolet Onix y Prisma quedaron mal parados. Por eso Ford nos ofreció compararlos. Su mecánica no siempre se destacó y, con las mejoras del Ka, quedaron un paso todavía más atrás. GM tiene que hacer algo urgente con ese veterano 1.4 8v.

Los que sí me sorprendieron fueron los Hyundai. Ya tienen seis años en el mercado brasileño, pero el motor 1.6 16v, la calidad del interior y hasta el comportamiento dinámico están a la misma altura de este Ka, que Ford recién ahora terminó de redondear, con este restyling. Es increíble que, durante seis años, Hyundai Brasil le haya negado a la Argentina la posibilidad de haber tenido el HB20. Es un gran producto.

Después pasamos a la pista de off-road, ahora sólo con el Ka Freestyle: caminos con serruchos agresivos, ripio, tierra y hasta una zona de vadeo. No es un auto para hacer safari. Todos sabemos cuál es la misión que cumplen estos vehículos con estética aventurera: soportar de mejor manera nuestras calles con baches, cunetas, badenes e intendentes inútiles.

Break para el almuerzo. Nos llevaron a un comedor con una mesa repleta de platos suculentos: lomo a la pimienta, papas con crema, budines de pescado y pastel de papas (en Brasil se llama “escondidinho”). Eso no es nada. Los postres: flan con crema, torta de chocolate y merengues del tamaño de una Telstar 18.

Supongo que tanta generosidad fue porque éramos miembros de la prensa, un gremio famoso por su angurria. No creo que los pilotos almuercen eso todos los días. Si me tuviera que subir otra vez a manejar, a la tercera vuelta les rediseñaría los interiores con revestimientos de escondidinho.

Pero no, después de eso nos hicieron pasar a otra sala. Había café de permote y té verde (¡un alivio!). Nos recibieron los ingenieros de la marca y también se sumó Rogelio Goldfarb, responsable de Comunicaciones de Ford para América Latina. Nos agradeció por haber viajado hasta Tatuí y nos pidió que criticáramos el auto.

Te recuerdo que era marzo. El auto todavía no había sido lanzado. “Y todavía estamos a tiempo de hacer algunas mejoras”, explicó Goldfarb.

Mis colegas brasileños mencionaron cuestiones relativas al comportamiento dinámico. Hablaban un portugués cerrado, no los entendía bien. Pero movían las manos de un lado a otro, como si estuvieran manejando un volante invisible.

Cuando llegó mi turno, recurrí al mejor portuñol que me enseñó Roberto Carlos, y realicé dos pedidos: “Yo le quitaría un poco de decorado off-road al Ka Freestyle y gastaría el dinero en poner un botón para la apertura del baúl. Entiendo el entusiasmo de los diseñadores, pero no es nada práctico poder abrir el baúl sólo desde un botón interno o desde la llave. Además, por favor, pónganle una rueda de auxilio de verdad. En la Argentina, es muy común pinchar una rueda en la ruta. Y el auxilio finito de este Ka Freestyle es de uso temporario. Es una complicación cuando estás viajando. Cada vez son más los autos que llegan a la Argentina desde Brasil con ruedas de auxilio finitas. ¿Vocés nao furan as rodas?”, pregunté.

“¡Furamos, sim!”, respondieron varios colegas brasileños. Y se sumaron al humilde pedido de Autoblog: un auxilio de verdad.

¿Veremos algunos de estos cambios implementados en el Ka Freestyle y sus hermanos de restyling? Lo sabremos cuando lleguen a la Argentina, en el segundo semestre.

Carlos Cristófalo

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Manejamos el Ka Freestyle en Brasil: el día que Autoblog fue piloto de pruebas de Ford
El Campo de Pruebas de Ford en Tatuí, Brasil.

Manejamos el Ka Freestyle en Brasil: el día que Autoblog fue piloto de pruebas de Ford
Ahí Autoblog probó (junto a otros medios de prensa de Argentina y Brasil) el Ka Freestyle. Fue en marzo pasado.

Manejamos el Ka Freestyle en Brasil: el día que Autoblog fue piloto de pruebas de Ford
El ensayo y las tecnologías que se exhibieron estuvieron "embargadas" hasta hoy.

Manejamos el Ka Freestyle en Brasil: el día que Autoblog fue piloto de pruebas de Ford
Incluyendo a esa cabeza robótica de color negro.

Manejamos el Ka Freestyle en Brasil: el día que Autoblog fue piloto de pruebas de Ford
Es un dispositivo de 100 mil dólares, capaz de "escuchar" y detectar el origen de cualquier ruido que se perciba en el habitáculo.

Manejamos el Ka Freestyle en Brasil: el día que Autoblog fue piloto de pruebas de Ford
En Tatuí se prueban todos los Ford fabricados en la región, incluyendo al Focus Sedán argentino (llamado "Fastback", en Brasil).

Manejamos el Ka Freestyle en Brasil: el día que Autoblog fue piloto de pruebas de Ford
Nuevos motores, nuevas transmisiones y -sobre todo- más seguridad para la gama completa del Ka fabricada en Brasil. En el segundo semestre llega a la Argentina. Abajo, el único tweet que nos permitió burlar el embargo.

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