Por Jerónimo Chemes
Fundador de La Chata Solidaria
www.lachatasolidaria.com.ar
Escribí las notas de La Chata Solidaria en diversos lugares: desde las profundidades del Impenetrable, estaciones de servicio perdidas en la ruta, bares comunes y en la noche de mi casa. No importa el lugar, escribo y “me sale”.
Como saben, La Chata Solidaria respeta todas las creencias políticas y religiosas sin juzgar.
Hoy escribo desde un lugar fundamental para mí, el santuario de la Virgen de San Nicolás. Adentro, sentado en un banco mientras todos me miran. Acá empezó todo, sin quererlo, una noche de lluvia. El resto es historia conocida que como regalo para quien no la sepa, iremos publicando en partes próximamente. Este lugar es fundamental para mí y necesité venir.
En 2018 se cumplen 10 años de mi primer viaje en soledad al Impenetrable, en mi entrañable Ford F100 verde 1974, carrozada, con motor Perkin’ 4 (no confundir con perkinsei’, ojito, ni mucho menos poner la “s”).
De ese viaje, en el cual casi pierdo la vida, literalmente me sacaron desmayado de adentro de la chata, cuando el termómetro marcó 64 grados y se derritió. Jamás de los jamases hubiese pensado en formar lo que hoy es La Chata Solidaria.
Ese viaje cambió mi vida para siempre, luego de despertarme y tomar conciencia de lo que vivía, me di cuenta de tres cosas:
- Dios me había dado otra oportunidad. Debía aprovecharla.
- El Impenetrable es un viaje en el tiempo, a los orígenes de la Humanidad.
- Solo no se puede.
Pasaron 10 años desde que empezó. Pasaron miles y miles de kilómetros. Pasaron millones de anécdotas, la mayoría vive en el eterno silencio de La Chata Solidaria. Pasaron muchos errores. Entiendan que cuando uno presiona los límites de la Humanidad, entra en terreno desconocido y puede cometer errores involuntarios.
Más de 100 mil kilómetros recorridos. Más de 100 personas involucradas. Miles y miles (no se puede medir ya) de kilos de mercadería entregadas casa por casa, en la mano de la gente, sin intermediarios. Tres obras de infraestructura. Un jardín de infantes. Un equipo de profesionales de salud que con amor van casa por casa. Montamos hospitales en colegios para llevar salud a quien no sabe que existe. Generaciones de niños que ahora comen cuatro veces por día desde jardín de infantes.
Una palabra cumplida. Las cosas se reparten, en la mano y como sea, a cualquier costo. Esto implicó de parte de nuestro equipo a heridos, quemados, costillas rotas, cortados, asustados, picados, etc. Y chatas despedazadas e incendiadas.
Pasaron aciertos y errores. Todos los conocen ustedes. La Chata Solidaria es transparente y comunica. Empezamos repartiendo donaciones en una chata 1974. Seguimos con dos médicos. Construimos la primera obra de material en el colegio.
Hoy llevamos equipos de médicos completos (20 personas en el último viaje de diciembre), construimos tres obras, llevamos a la prensa especializada: salimos en Autoblog, Radio Mitre, CNN, Telefe, TN, La Nación, etcétera. Siempre mostrando la realidad, sin echar culpas, tal cual es y nuestra forma de ayudar.
Realmente esto se volvió enorme y planificar los viajes son meses de preparativos.
Por eso, llegamos a un techo. Esto se hace de corazón, dejando literalmente la vida. La vida. En cada cosa que hace La Chata Solidaria, la entrega es total. Durante años renegamos de ser ONG, por el tiempo que llevaba y la exposición. Pero nos dimos cuenta de lo siguiente:
- Lo que hicimos en 10 años estuvo bien, creció despacio pero sobre bases indestructibles.
- Lo que hicimos en 10 años de poner el alma, es historia escrita.
- Lo que hicimos en 10 años fue salvar, literalmente, vidas.
- Lo que hicimos en 10 años es dar de comer a generaciones completas de niños.
- Lo que hicimos en 10 años es un milagro.
- Lo que hicimos en 10 años sirvió estos 10 años.
Pero aprendimos. A base de errores, aprendimos. Y nos dimos cuenta de que podemos hacer mucho, pero mucho más.
Pero para eso decidimos ser Organismo No Gubernamental (ONG), para recaudar más fondos de manera más ordenada aún, para hacer cosas que hoy son inimaginables. Podemos crecer mucho y expandirnos a futuro en otros lugares del país. Pero nada de saltos grandes. Paso corto, bien basado y sólido.
* ¿Qué cambia en las formas?: En esencia, nada: somos los mismos, pero ahora somos legalmente responsables y tenemos cargos. Pasé de ser “Jero” o “El Gordo” a “Presidente”, (Mister Président, fuá). Claudio es mecánico y “Tesorero” (Mister Tésorer) y así todos.
* ¿Qué cambia en la práctica?: Hoy estamos mucho más organizados por equipos (Salud, Logística, etcétera) y hay un responsable de cada área, que se encarga de preparar su parte para los viajes. Y una Coordinación General, además de un área Financiera y Legal, entre otras.
* ¿Cómo cambia el aporte de dinero?: Como tenemos papeles (CUIT y demás), al ser Asociación Civil, La Chata Solidaria, podemos pedir a empresas, gobiernos y particulares fondos y dar comprobantes para descargarlo de Ganancias, a quien quiera. Antes pedíamos sólo para los viajes: comunicábamos, ustedes leían y aportaban.
Hoy vamos a pedir para mantener la estructura pequeña, ya que esto se volvió de dedicación exclusiva para algunos de nosotros, obligándonos a dejar nuestros trabajos de lado. Esto se puede hacer en cualquier momento, en la nueva cuenta a nombre de La Chata Solidaria.
Banco Santander Rio S.A.
Asociación Civil La Chata Solidaria
Cuenta 132-012066/5
CBU 0720132120000001206654
CUIT 30715948482
Además, como siempre, antes de cada viaje anunciaremos qué vamos a hacer. Como siempre, podrán aportar a la misma cuenta lo que puedan.
Dentro de poco daremos a conocer la posibilidad, a los que tienen tarjeta de crédito, de donar mensualmente durante un año un pequeño importe por débito automático, si quieren.
* ¿Cómo cambia el aporte de las empresas?: Antes, solo tres empresas nos apoyaban continuamente sin tener nada formal, solo de corazón, porque nos conocen y saben que somos transparentes, obviamente sabiendo que les suma a ellos también. Son, como saben: Megatrans, Autoblog y Ford. La idea es, a partir de ahora, recibir además aportes económicos formales de quien quiera apoyarnos. Podés poner tu marca con La Chata Solidaria, haciendo cosas donde nadie llega.
* ¿Cómo cambia el aporte de donaciones de materiales?: Durante el año hay un lugar permanente donde entregar las cosas: Cañossilen (Córdoba 5672, Buenos Aires, de lunes a viernes de 8 a 18hs y los sábados de 8 a 12hs). Como no tenemos lugar, ellos nos ceden su espacio: ustedes van, dicen que es para La Chata Solidaria y ahí les reciben todo. Siempre necesitamos dinero, calzado, alimentos no perecederos, juguetes y frazadas. El resto no, a menos que pidamos específicamente algo. Además, como siempre, antes de cada viaje anunciaremos qué vamos a necesitar y se agregarán domicilios de entrega. Antes de llevar algo manden un mail a f100solidaria@hotmail.com avisando qué pueden ofrecer, para no llevar cosas que no sirvan.
* ¿Cómo baja a la realidad ser ONG?: Acá es el gran cambio. Si podemos tener una pequeña estructura, podemos dedicarnos exclusivamente a pensar qué hacer y cómo hacerlo. Lo mejor que tiene La Chata Solidaria es la experiencia de los miles de kilómetros y obras realizadas en lugares increíbles. Y en el Impenetrable la experiencia es todo. Podemos hacer mucho, bien y barato, si tenemos los fondos.
Entiendan que si nos apoyan, estamos en posición de construir tal vez una sala de jardín de infantes por año, aljibes para agua que tanto hacen falta, reparar escuelas que sabemos se están derrumbando, otras obras de infraestructura, además de ir con médicos y donaciones casa por casa y en los colegios.
Por último: sueñen. Sueñen junto a nosotros. Porque hace 10 años yo soñé y hoy gracias a ustedes y el enorme equipo de La Chata Solidaria, es realidad. Hoy ya La Chata Solidaria es de todos.
Recuerden siempre: héroe no es el que acierta. Es el que se anima a correr el riesgo de equivocarse. Héroe es quien reconoce el error y pide disculpas. Héroe es quien no se da nunca por vencido. Nosotros no somos héroes. Héroes son los que viven en el Impenetrable. Héroes son ustedes, que confían en nosotros y quieren ayudar a ellos.
Nunca, pero ahora más que nunca jamás, esperen poco de nosotros.
Porque nosotros no nos rendimos nunca.
Agradecemos a ustedes, ante todo, por haber confiado ciegamente en La Chata Solidaria. A los que nunca desean ser nombrados y siempre están. Y a Megatrans, Autoblog y Ford, que confiaron en nosotros desde siempre cuando no éramos nadie. Se arriesgaron a ayudarnos sin papeles firmados y con un apretón de manos. Y nos bancaron.
J.Ch.
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ADEMÁS Exclusivo para los lectores de Autoblog.
Durante estos diez años entré ya no sé cuántas veces al Impenetrable. Lo hice con las chatas que se ven en estas fotos hasta en motito. Con un viejo Kia Carens (que arrancó los paragolpes en el barro) y las Transit de Ford Argentina.
Muchachos, es simple: para esta tarea (kilos fuertes y no-camino por miles y miles de kilómetros de exigencia y golpes descomunales), caja manual, con chasis, muchos centímetros cúbicos, muchos cilindros y reductora. El resto es para otra cosa. Keep it simple.
La chata Azul es, literalmente, un mito. Nada ni nadie jamás podrá siquiera igualarla. Esta viejísima, pero anda en la calle todos los días. Si la ven, sepan que hay gente viva en este planeta gracias a ella. ¿Entendieron bien? Esa chata salvó vidas. El Olimpo de los Dioses le dio su lugar. No hay palabras. Solo agradecimientos y aplausos de pie con ovaciones.
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La primera chata de La Chata Solidaria.
La titánica Azul. La Chata Solidaria le debe todo.
La tercera: la cómoda y noble Gris, de doble cabina.
La cuarta, que se prendió fuego cuando la manejaba Jero Chemes.
La quinta: entró al Impenetrable para llevar al equipo de la TV Pública.
La chata permanente en el Impenetrable, del gran Loco Frías.
Hoy: la noble R70 de LCS.