Una Volvo XC90 con tecnología autónoma, perteneciente a la compañía de transporte Uber, atropelló y mató a una ciclista en la localidad de Tempe (Arizona, Estados Unidos). Es la segunda vez que un Volvo autónomo de Uber protagoniza un accidente en esta ciudad. El año pasado, una XC90 con la misma tecnología volcó tras un choque múltiple (foto de arriba).
Según The New York Times, la ciclista de Tempe se convirtió en la primera víctima fatal de un vehículo autónomo en la vía pública, en todo el mundo. La identidad de la ciclista atropellada no trascendió. Tampoco se conocieron las causas del siniestro, ocurrido el domingo por la noche.
Se sabe que el vehículo de Uber se encontraba funcionando en modo autónomo, aunque con un humano ubicado detrás del volante. La ciclista fue atropellada cuando cruzaba la calle, por fuera de la senda peatonal.
A raíz de este hecho, Uber anunció que suspendió sus pruebas con vehículos autónomos en Tempe, Pittsburgh, San Francisco y Toronto. Todas estas localidades autorizaron a las compañías de vehículos autónomos a realizar ensayos en la vía pública, para desarrollar y poner a punto esta tecnología.
“Nuestros corazones están con los familiares de la víctima. Estamos cooperando con las autoridades locales en la investigación de este incidente”, informó Uber en un comunicado de prensa.
En octubre de 2015, el CEO global de Volvo, Håkan Samuelsson, anunció que su compañía asumiría la responsabilidad legal de todos los daños que pudieran causar sus vehículos con tecnología autónoma. Fue una decisión política de la automotriz, tendiente a acelerar los procesos de aprobación por parte de los Gobiernos.
El accidente fatal no hará más que reavivar el debate sobre el futuro de los vehículos autónomos y las responsabilidades en caso de siniestros. Volvo (fabricante de la XC90 autónoma), Uber (propietario del vehículo), las autoridades de Tempe (quienes permitieron los ensayos en vía pública) y la persona a cargo del vehículo (único humano en el habitáculo) deberán responder ante la Justicia.