Desde Detroit (Estados Unidos) - En julio de 2013, la ciudad de Detroit se declaró en bancarrota. Fue el mayor quebranto de un municipio en la historia de Estados Unidos. Y un símbolo de que la crisis de la industria automotriz, el pulmón económico de Michigan, había tocado fondo.
Pero la crisis completó su ciclo y hoy Detroit es una de las ciudades con mayor índice de crecimiento en Estados Unidos. Y eso se nota en el Salón del Automóvil de esta ciudad (ver cobertura de Autoblog), donde después de muchos años volvieron a exhibirse autos exóticos, potentes y carísimos.
De hecho, se venían exhibiendo ya desde hace unos años en The Gallery, un evento previo al Salón y con una entrada con un costo de 500 dólares: era una manera de filtrar al público y, de paso, ofrecerles a los adinerados visitantes un completo menú gourmet, condimentado con muchos cilindros.
The Gallery se mudó este año al Cobo Center, el centro de convenciones donde se celebra el Salón de Detroit. Si bien las marcas más exóticas no tienen stands tradicionales, sus modelos se exhiben en todos los pasillos y pabellones: Bugatti, Rolls-Royce, Bentley, Ferrari, Lamborghini, Maserati, Porsche y Aston Martin llevaron sus productos más espectaculares.
Y no sólo los exhiben: también los venden. La Bugatti Chiron es el auto más caro del Salón. Se ofrece por 2,7 millones de dólares. No es la primera Chiron en Detroit.
En The Gallery 2017, un ejemplar similar se vendió en forma de combo: uno de los new richs de Detroit la compró junto al penthouse de un nuevo edificio de departamentos. Pagó 5,4 millones de dólares por esta promo (ver nota).
C.C.
***