Desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) - Después de seis años de trabajo, anoche todo el equipo internacional de Mercedes-Benz Vans festejó en el puerto de Cape Town. No era para menos: el lanzamiento de ayer de la Clase X (ver nota aparte) cerró un ciclo que se inició en 2011, en un campo del interior de la provincia de Buenos Aires.

El encargado de organizar ese primer encuentro para desarrollar la nueva pick-up de Mercedes-Benz fue un argentino: Manuel Mantilla, director general de Mercedes-Benz Vans en nuestro país.

Desde el primer día, Mantilla fue uno de los principales impulsores del llamado Proyecto Andrew, la pick-up mediana que se fabricará en Córdoba, a partir de enero de 2019. Este egresado de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad de Lehigh (Estados Unidos) estuvo siempre convencido de que Mercedes-Benz no podía perderse la oportunidad de participar en uno de los segmentos más competitivos del mercado.

Experiencia no le falta: antes de desembarcar en Mercedes-Benz, trabajó una década en General Motors, desarrollando las pick-ups medianas de Chevrolet (S10) e Isuzu (D-Max).

Mantilla fue uno de los protagonistas de la presentación de anoche en Cape Town, donde se reunieron los máximos responsables que trabajaron estos seis años en el Proyecto Andrew. Y Autoblog lo entrevistó.

-¿Cuál fue su rol específico en el desarrollo de la Mercedes-Benz Clase X?
-El trabajo comenzó en 2011 en la Argentina. Ese año se realizó una reunión de trabajo en un campo del interior de la provincia de Buenos Aires, donde participaron los máximos responsables internacionales de la División Vans de Mercedes-Benz. Fue un encuentro reservado, aunque al poco tiempo ustedes los de Autoblog se enteraron y publicaron todo (ver nota). En esa reunión se evaluaron en diferentes condiciones todas las pick-ups medianas del mercado y se comenzó a trabajar por primera vez en el Proyecto Andrew, que terminaría siendo la Clase X que presentamos ahora en Sudáfrica.

-¿Cuáles fueron las conclusiones de ese primer encuentro, que llevaron a tomar la decisión de desarrollar la Clase X?
-En ese momento, las principales marcas ya tenían participación en el segmento de las pick-us. Ya era un mercado con un volumen interesante en América Latina, África y Asia. Y Mercedes-Benz no estaba teniendo presencia, a pesar de que la experiencia de la marca en vehículos comerciales indicaba que tenía mucho para proponer a los clientes de este segmento.

-Es decir que la Clase X, además de fabricarse pronto en la Argentina, nació también como proyecto en nuestro país.
-Sí, yo estuve a cargo de presentar específicamente el caso del mercado argentino. Recordé la pick-up 220D que se llegó a fabricar en nuestro país y conté mi experiencia en el trato con los clientes de las vans Mercedes-Benz, que perfectamente podían estar interesados en sumar una pick-up a sus flotas de vehículos. También relaté mi experiencia profesional desarrollando pick-ups para otras marcas donde trabajé, como Chevrolet e Isuzu.

-¿Seis años demandó en total el desarrollo de la Clase X?
-Sí, podría haberse desarrollado más rápido. En esa primera etapa se hicieron muchos estudios de mercado en diferentes países, pero en un momento dado el proyecto se enfrió.

-¿Por qué se enfrió?
-Porque la marca decidió darle prioridad a otros segmentos del mercado, aunque una vez que se cumplieron esos objetivos, se retomó de inmediato el trabajo sobre la pick-up. También en ese tiempo se definió el acuerdo para producirla en alianza con Nissan y Renault. Eso fue a comienzos de 2015, cuando se hicieron muchas clínicas con clientes del segmento de pick-ups. Estos focus groups se realizaron en Brasil, donde llevamos desde la Argentina a varios clientes potenciales, que aportaron sus opiniones y necesidades para el proyecto.

-Resulta curioso que una marca tan alemana como Mercedes-Benz le haya brindado tanta atención al público sudamericano en este producto.
-Sí, porque las pick-ups no tienen grandes ventas en el mercado europeo, pero resultan determinantes para la marca en regiones como América Latina, África, Asia u Oceanía. Esos serán los mercados donde Mercedes-Benz apunta a ganar participación en ventas. Además, la participación de la Argentina en este proyecto es lógica, porque todos comprenden muy bien en nuestro país de qué se trata una pick-up, los usos que tiene y por qué es una herramienta de trabajo fundamental.

-¿Y cuál fue el aporte específico de los argentinos que trabajaron en el desarrollo de la Clase X?
-Desde el comienzo, nosotros hicimos mucho hincapié en que el ADN de una pick-up es la robustez y la durabilidad: es una herramienta de trabajo que después puede derivar en otros usos, pero que básicamente tiene que destacarse por su confiabilidad. Otros grupos de trabajo en el proyecto ponían más énfasis en el diseño, el confort y la tecnología, pero desde la Argentina siempre dejamos en claro que la prioridad debía ser, por ejemplo, la robustez del chasis, muy por encima de la mayor o menor calidad de un tapizado de cuero. Cuando el Jefe de Ingeniería de Mercedes-Benz vino a la Argentina, lo llevamos a manejar por el campo, por el barro, por la ruta y por la playa. Ahí se definieron muchos parámetros del chasis y las suspensiones, que después se terminaron concretando en el proyecto final.

-Más allá del diseño exterior e interior, ¿en qué se diferencia la Clase X de las pick-ups de la alianza, Nissan NP300 Frontier y Renault Alaskan?
-Desde el primer día supimos que no queríamos un simple cambio de insignias. Por eso el chasis, las suspensiones, los motores y las transmisiones de la Clase X son desarrollos específicos de Mercedes-Benz.

-En la presentación se habló varias veces de "pick-up premium", ¿a qué se refiere Mercedes-Benz con esa propuesta?
-El concepto premium de Mercedes-Benz no se refiere sólo al lujo. Para nosotros, nuestros camiones, hasta los más sencillos, son premium. Es un concepto que engloba la calidad, la tecnología y el esfuerzo por ofrecer siempre el mejor producto posible. Además, el mercado automotor alcanzó un nivel de exigencia del cliente donde sólo es aceptable cierto estándar de calidad y sofisticación. Eso es lo que ofrece Mercedes-Benz en su amplísima gama de productos.

-Lo que ocurre es que, al hablar de Mercedes-Benz y de "premium", el miedo es pensar el precio que pueda llegar a tener la Clase X en la Argentina. ¿Será una pick-up más cara que las demás?
-No, la pick-up va a tener precios competitivos. Vamos a pelear en toda la cancha, con versiones básicas con llantas de chapa y paragolpes de plástico negro. Habrá versiones lujosas, pero también de trabajo. La propuesta es atacar el segmento con una oferta de producto para satisfacer a cada tipo de cliente. ¿Y dónde encaja acá el concepto premium? En que, más allá del precio, que será competitivo, el cliente sentirá desde el primer momento que está manejando un Mercedes-Benz.

-¿Y cuáles son las expectativas de ventas de la Clase X en la Argentina?
-Todavía no hablamos de volúmenes de ventas, porque falta todavía un año y medio para el lanzamiento comercial en nuestro mercado. Pero sí podemos decir que queremos estar entre los primeros puestos de ventas del segmento.

Entrevista de C.C.

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Manuel Mantilla: el padre argentino de la Mercedes-Benz Clase X
Mantilla anoche en Cape Town, junto a todos los responsables internacionales de la División Vans de Mercedes-Benz.

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VIDEO: Mercedes-Benz Clase X

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