Con el clásico bocinazo de los autos exhibidos en cada stand, anoche a las 22 horas cerró el Salón de Buenos Aires 2017. La exposición más importante del mercado automotor argentino fue recorrida en diez días por “más de 500 mil visitantes”, informó la organización a cargo de AMC Promociones y Adefa.

La falta de precisión sobre la cantidad de público impidió saber si estuvo -o no- cerca de los récords históricos de otras ediciones, que superaron los 560 mil visitantes. Los organizadores, sin embargo, afirman que el motorshow porteño ya se ubica “entre los 10 salones más visitados del mundo”.

Además, AMC y Adefa ya confirmaron que la próxima edición se realizará en junio de 2019. Como siempre, se alternará con el Salón de San Pablo (Brasil), que se celebrará en noviembre de 2018.

Autoblog realizó la cobertura más completa de esta edición, con una sección especial que se puede visitar acá. Ahora llegó el momento del balance final de la muestra.

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LUCES

* La variedad de novedades: Fueron muchas las nuevas marcas (Lotus, DFSK, DS, Geely) que eligieron el Salón 2017 para presentarse en la Argentina, por primera vez con sus stands independientes. Esto le otorgó a la exposición una variedad y un colorido que resultó muy atractivo para el visitante. Además, a diferencia de ediciones anteriores, no fueron sólo adelantos de futuros lanzamientos. Muchas marcas aprovecharon la exposición para poner oficialmente a la venta sus nuevos modelos (ver acá).

* Los superautos: Por primera vez, el constructor argentino más famoso del mundo estuvo representado en el Salón de Buenos Aires: Horacio Pagani, con dos de sus ejemplares fabricados en Italia (Zonda Revolución “Black Minion” y Zonda F Coupé “Roker”). Además, hubo un gran despliegue de otros deportivos exóticos: tres Ferrari, cuatro Maserati, dos Lotus, los Audi RS, los Mercedes-AMG y los muscle-cars de Chevrolet, Dodge y Ford.

* La calidad de los stands: El Salón de Buenos Aires tal vez no tenga las dimensiones ni la cantidad de primicias mundiales de las exposiciones más famosas, pero el diseño de los stands, la calidad de las presentaciones de productos y hasta los espectáculos no tienen nada que envidiarle a los motorshows más prestigiosos del planeta.

* La calidad de atención: Las promotoras del Salón de Buenos Aires dejaron bien atrás el clásico cliché de ser sólo una cara bonita. Además, muchas marcas combinaron a promotoras con promotores, bien acorde con los reclamos de igualdad de género. Más allá de eso, lo importante fue el grado de conocimiento y buena predisposición de cada una de las personas que se encontraba junto a los autos exhibidos. Conocían detalles de los modelos y hasta tenían respuestas para las preguntas más insólitas o rebuscadas. También para destacar: son cada vez más las marcas que dejan sus autos abiertos, para que el público se pueda subir a conocerlos en detalle.

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SOMBRAS

* Las ausencias: Una vez más, las marcas ausentes en el Salón de Buenos Aires (ver lista) fueron casi tantas como las presentes. Al ser una exposición organizada por Adefa, los fabricantes que son socios de esta entidad tienen un descuento sobre los costos de los stands. Los importadores, en cambio, deben pagar un precio más elevado por metro cuadrado y siempre quedan relegados a pabellones más pequeños y menos transitados. A esta altura, ante el destrato de Adefa, los importadores agrupados en Cidoa deberían organizar su propio salón del automóvil paralelo.

* La Rural: El centro de exposiciones de Palermo volvió a confirmar que no está a la altura del esfuerzo que muchas marcas hacen para ofrecer un Salón de nivel internacional. Los alrededores de La Rural colapsan durante los diez días de la exposición y se llega al punto insólito de pedirle al público que asista sin auto al salón del automóvil. Debido al precio abusivo del estacionamiento, en los últimos días la organización difundió una serie de playas alternativas, con costos más accesibles. A eso se suma el costo de los stands: desde hace años, un espacio en el Salón de Buenos Aires es más caro que un stand en el Salón de París. Buenos Aires tiene predios más amplios, modernos y con estacionamiento gratuito –como Tecnópolis- pero la organización se niega a cambiar la sede. A esta altura, la insistencia con La Rural sólo es comprensible ante la presunción de un rentable negocio entre los organizadores (AMC Promociones y Adefa) y el predio de Palermo.

* La publicidad engañosa: Desde este año se implementó la modalidad de ventas anticipadas por Mercado Libre. Durante los días previos a la exposición, la organización la publicitó con la promesa de la presencia del Pagani Zonda Revolución. Sin embargo, un día antes de la apertura, se anunció que el auto no estaría exhibido. Recién arribó para el quinto día de la exposición. Muchos visitantes -que habían comprado su entrada por anticipado y planificado la visita para los primeros días- se quedaron sin ver el auto más publicitado de la expo. Lo mismo ocurrió con la promesa de los autos de Cars 3: era cartón pintado (leer nota).

* El Pabellón Ocre: El sector vecino a Plaza Italia sigue sin encontrar su identidad. No se entiende si es una “Autoclásica bajo techo” (sin la calidad de la muestra de San Isidro y con la única ventaja de que en el Ocre no llueve) o si es el Conurbano del Salón de Buenos Aires: un sector donde la organización acumula a expositores que no llegan a pagar los pabellones más costosos, y con kioscos llenos de productos de origen y calidad dudosos. Varias automotrices ausentes del Salón de Buenos Aires cancelaron su presencia cuando supieron que les ofrecían un espacio en esa oscura romería, que es el Pabellón Ocre.

Carlos Cristófalo

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