El escándalo por el fraude de las automotrices en las pruebas de emisiones ambientales está lejos de aplacarse. Esta semana, fue detenido en Estados Unidos un directivo de Volkswagen (ver nota). Y hoy la agencia norteamericana del medio ambiente (EPA), acusó a Chrysler de utilizar el mismo software en sus modelos Jeep Grand Cherokee y Dodge Ram 1500.
La denuncia de EPA hizo que las acciones de Fiat Chrysler Automobiles se desplomaran hoy 18% en Wall Street. Los modelos afectados fueron vendidos entre los años 2014 y 2016.
***
Cable de la Agencia EFE EE UU acusa a Fiat Chrysler de falsear las emisiones El escándalo de los motores trucados toma una nueva deriva en Estados Unidos, con un nuevo protagonista. La agencia encargada de la protección del medio ambiente (EPA) acusa ahora al grupo Fiat Chrysler por haber desarrollado un sistema informático que permite engañar los controles a las emisiones. El dispositivo, que tenía el mismo propósito que el diseñado por Volkswagen, se habría instalado en 104.000 vehículos de gran cilindrada equipados con motores diésel. Las acciones de la multinacional que dirige Sergio Marchionne se desplomaron más de un 18% tras la acción de la EPA, que se conoce un día después de que Volkswagen fuera multada con 4.300 millones de dólares por el fraude y seis de sus antiguos ejecutivos imputados. En su caso los vehículos que equipan el dispositivo son caminonetas del tipo pickup y todocaminos. Chrysler responde a las alegaciones diciendo que sus coches cumplen con las directrices medioambientales. Los modelos que según la EPA violan la Clean Air Act son el Dodge Ram 1500 y Jeep Grand Cherokee. Se vendieron en 2014, 2015 y 2016, por lo que son nuevos. La agencia no solo indica que no respetaron los límites, sino que la compañía nunca comunicó a los reguladores la existencia de ese sistema que permitía evitar las emisiones. La acción la hace de la manos de los reguladores en California, como con Volkswagen. “Seguimos investigado para entender su impacto”, afirma la EPA. La acción de la EPA tiene lugar a una del cambio de administración en Washington. Cynthia Giles, la funcionara a cargo supervisar que se cumple la normativa, advierte que este tipo de dispositivos pueden tener efectos muy dañinos para la salud. “Todos los fabricantes deben cumplir las reglas y seguiremos actuando para que las compañías sean responsables”, añade, al tiempo que denuncia que este tipo de trucos dan una ventaja competitiva que califica de “injusta” e “ilícita”. La dimensión del fraude no llegaría al tamaño del engaño de Volkswagen, pese a que el Ram y el Grand Cherokee son modelos con una gran demanda. El fabricante alemán era de lejos el mayor vendedor de utilitarios con motores diésel en EE UU. En su caso, el dispositivo para evitar los límites a las emisiones se instaló en 600.000 vehículos, en su mayoría de pequeña cilindrada. El fraude tuvo además una dimensión internacional, con 11 millones de coches afectados. La EPA inició una profunda investigación del sector en septiembre de 2015, tras destaparse el escándalo en Volkswagen. En paralelo se reforzaron los controles a los coches que están en circulación y se endurecieron los requisitos para poder obtener los certificados para los nuevos modelos que saldrán al mercado. Fiat Chrysler, a diferencia de Volkswagen, niega haber cometido cualquier irregularidad y anticipa que dará la batalla con la próxima administración. Las acciones de Fiat Chrysler tuvieron que ser suspendida por el desplome a la espera de conocer el detalle de la acusación. Al retomar la cotización recuperaron la mitad de lo perdido. La compañía se enfranta a una multa máxima de 4.630 millones de dólares, de acuerdo con los cálculos de la EPA, que utiliza como base una sanción de 44.540 dólares por vehículo que incumple la norma. Ilustración: Matson / Cagle