Miércoles después del trabajo. Una tarde bárbara para andar en dos ruedas. Vuelvo en moto a casa, disfrutando de andar con el casco abierto, el viento en la cara y esa sonrisa imborrable en la cara que te dan esos días impecables que logran hacerte olvidar que el mundo existe.
Desafortunadamente no fui el único que pensó que estaba bueno para salir a dar una vuelta, y a medida que me acercaba más a los límites de la Ciudad de Buenos Aires, volviendo desde Provincia, el tránsito se hacía cada vez más intenso. Incluso para la moto.
Así que cuando llegué a casa le escribí a Washington Perez, el creador de Jules Cycles, con quién había organizado para pasar a buscar su criatura. -Voy más tarde, la calle está insoportable. Le dije - Denso mal. Respondió. -Trae auriculares. Agregó
Y así me senté a mirar el partido por las eliminatorias entre Argentina y Brasil, pero a la media hora ya se me habían ido las ganas de seguir mirando. Así que agarre mis auriculares, caminé un par de cuadras y me subí al Metrobus, que me dejaba a escasas cuadras de los Jules Cycles Headquarters.
Y así me lo encontré, laburando a dos monitores, en un garage al lado de su casa donde pasamos un largo rato repasando diseños, y piezas de la Jules e intercambiando opiniones. Un personaje increíble resultó ser Washington Perez.
Mientras me subía a la bici me explicó un par de cosas sobre su funcionamiento y algunas mañas dignas de un prototipo con 4500 kilómetros encima. Me puse los auriculares y antes de que pierda tiempo en pensar que música escuchar, él ya lo tenía todo planeado. -Tengo una lista de Spotify armada en julescycles.com, se llama Jules Night.
Y así me fui en medio de la noche crucereando por la avenida que separa, o une, el taller de Washington con mi casa. Escuchando la música que él mismo había pensado para andar sobre el lomo de su propia creación y mirando de reojo la reacción de la gente al ver esta máquina abrirse paso por la calle.
Cuando llegué a casa volví a mandarle un mensaje. -Toda una experiencia. Te sentís un poco más dueño de la ciudad. Le dije.
Más de una semana moviéndome entre Buenos Aires y San Fernando de una forma muy particular sobre esta Jules Cycle MK1. La crítica completa se reproduce a continuación.
DESDE ABAJO
Lo primero que se me vino a la mente cuando vi la Jules Cycle fueron las motos Indian de principios de siglo XX. Aunque la tecnología haya cambiado la esencia es muy similar. La forma del cuadro, el tanque de combustible, la posición de manejo y los inconfundibles tensores en la horquilla delantera.
Por aquellos tiempos las Indian usaban motores de combustión interna, pero al igual que la Jules eran cuadros de bicicletas, con ruedas de bicicletas, pedales y transmisión por cadena a la rueda trasera.
Gracias a su motor eléctrico, la creación de Washington Pérez puede usar lo que en la Indian era un tanque de nafta como una útil guantera, o espacio portaobjetos, hecha con cuero de 5 milímetros de espesor que cuenta con 6 litros de capacidad. Si bien no está pensada para llevarlo a todos lados, el transformador para cargar las baterías cabe en este espacio.
El cuero es protagonista absoluto en la Jules MK1 y en distintas presentaciones. Los puños estan cubiertos de cuero perforado con láser, algunos cables están ruteados con abrazaderas hechas de cuero, la batería y el módulo de gestión están envueltos en una medialuna de cuero que de un lado tiene el número único de cada speed bike y del otro lado deja ver el disipador de calor rodeado de inscripciones grabadas en láser. Y obviamente el asiento y la guantera-tanque anteriormente mencionada.
Párrafo aparte para la luz delantera. Donde la tecnología LED está camuflada en un combo vintage formado por un cilíndro de acrílico transparente que contiene un origami de cobre, con reminiscencias de la antorcha de la Estatua de la Libertad, que envuelve a una lupa de vidrio y, tras ésta, un disco antiencandilamiento para emitir una luz tenue, muy cálida, que es más para que ser visto que para iluminar. Aunque sirve para moverse en la oscuridad total, por ejemplo, de la cochera cuando está todo apagado.
Sin dudas el diseño es el factor más importante de esta auténtica pieza de arte sobre ruedas, y en el tiempo que la tuve en mi poder generó reacciones inesperadas en gente de todo tipo de edades. Desde los muy chiquitos en sus camicletas paseando por Belgrano, hasta policías en San Fernando. Todos querían saber de que se trataba. De dónde me la había importado. Cuánto costaba. Y así más preguntas que Pancho Ibañez en Tiempo de Siembra.
DESDE ARRIBA
La posición una vez que se está arriba de la Jules es bastante parecida a la de una bicicleta playera, con la diferencia que aquí el asiento es fijo y no se puede regular en altura. Los pedales quedan bastante adelantados y en una posición bastante cruiser, pero con la diferencia que en este caso es una posición dinámica que puede ir cambiando de acuerdo a la preferencia del piloto y tambien del lado para el que se va a doblar.
Gracias al angulo de ataque de la horquilla delantera y que el stem está hacia atrás, el manubrio queda bastante cerca del conductor, además de que la curva del manillar es bastante pronunciada. De esta manera se logra una posición de manejo super relajada en la que se puede pedalear sin mayor esfuerzo o difrutar del andar silencioso con el motor eléctrico.
El único punto críticable de todo esto, a mi entender, es el asiento. Siento que debería ser más parecido a un asiento de arado -de los viejos tirados por bueyes- en el que el traste del conductor quedaba contenido en una especie de canaleta. Sí resultó ser muy buena la suspensión del asiento, con resortes de acero inoxidable, que cuando el camino se pone irregular los rebotes del piso se convierten en suaves y agradables oscilaciones.
Lo último que me faltaría mencionar de esta parte es que las manetas de los frenos Shimano son comodísimas, me gustaría tenerlas en mi moto. Y también que el indicador del estado de batería, del lado del acelerador hace ese contraste entre máquina del futuro diseñada en el pasado. Y por más que vayas a la verdulería de la esquina, cada vez que esas luces se prenden tenés la sensación de emprender un viaje fantástico.
MOTOR Y TRANSMISIÓN
La Jules MK1 está impulsada por un motor eléctrico de 750 watts, ubicado en la rueda trasera. El mismo está alimentado por baterías de iones de litio de 36 voltios y 20 amperes. La autonomía de esta bici retro es de 50 kilómetros en uso urbano, y se se la acompaña con un poco de pedaleo esa autonomía se puede estirar bastante más.
La transmisión de los pedales es por cadena. El motor está ubicado diréctamente en la rueda trasera.
COMPORTAMIENTO
Estuve toda la semana yendo y viniendo de acá para allá. La use como medio de transporte y como vehículo de paseo. Sobre todo estos días impecables que hemos tenido. Me la entregaron con Argentina perdiendo 0-3 y la devolví con Argentina ganando 3-0.
La agilidad con la que me he movido por el tránsito en Buenos Aires no tiene comparación alguna. Primero porque anda bastante más rápido que una bici. Y segundo porque, a pesar de ser más lenta que una moto, tiene la ventaja de poder meterse por todos lados y hacer los caminos más cortos. Al menos en las zonas por donde me moví.
Y por otro lado, a la hora de hacer viajes más largos, la Jules tiene la ventaja de que se puede subir al tren. Y ahí la autonomía se va por las nubes, además de que viajas siempre sentado -en la bicicleta-.
Al ser baja y tener una distancia entre ejes bastante importante es super estable mientras se viaja impulsado por el motor eléctrico. En las avenidas, la sensación de ir derechito y a buen ritmo, en el más absoluto silencio.
En las curvas no tiene la agilidad de una BMX y además la posición del manubrio hace que sea un tanto difícil girar a 90 grados la dirección sin que las piernas sean un obstáculo. Pero tampoco es un vehículo pensado para hacer piruetas ni cosas raras, y con lo que tiene le sobra para ser una saeta en la ciudad.
Y además frena muy bien cuando es necesario hacerlo. Con los frenos de disco Shimano en ambos ejes la Jules se las ingenia para frenar en una baldosa. Para el modelo de producción, nuestro amigo Washington triplicó las dimensiones de los anclajes de los cálipers para que los frenos sean a prueba de balas.
Si bien no es obligatorio su uso, por el tamaño que tiene y la velocidad que desarrolla se hay que usar casco, sobre todo porque en esta máquina terminás entreverándote en el tráfico como si fueras un otro más.
Durante el tiempo que tuve esta máquina hecha de hierro, goma y cuero solo le encontré una contra y es que siempre tuve que buscar un lugar donde apoyarla porque no contaba con ningún tipo de apoyo propio. Esperemos que el moelo de producción tenga el caballete que traían aquellas viejas Indian, le va a vener muy bien.
CONCLUSIÓN
Siempre me encantaron aquellas viejas motos pre Primera Guerra Mundial, principalmente porque en la mayoría de los casos eran bicicletas motorizadas. De hecho esta Jules MK1 está inspirada en una Indian TT Racer de 1911, con la que se corrió por primera vez la carrera en la Isla de Man con el actual recorrido.
Yo no se que efecto causa en la gente la bicicleta construida por Washington Pérez, pero juro que jamas me han parado tanto por la calle para hacerme preguntas como esta semana sobre el lomo de la Jules. Si bien no siempre me toca probar autos exclusivos -o raros-, he manejado algunos de esos que hacen que la gente de se vuelta. Nada se asemeja a esto.
Una tarde salí temprano de trabajar, llegué a la estación de Virreyes para agarrar el tren que siempre pierdo y me bajé en la estación Barrancas de Belgrano para llegar más rápido a casa. Todo el tiempo que me había ganado lo perdí en la estación cuando un grupo de empleados del tren me retuvieron 25 minutos haciéndome preguntas de la bicicleta y sacándole fotos.
Eso es lo que despierta en la gente esta simple pero magnética bicicleta eléctrica, creada en un garage de Saavedra. Ojalá todos hubieran podido disfrutar de la experiencia.
En la guantera de la bici, Washington me dejó el candado -la combinación me la pasó por Whatsapp-, el transformador para cargar las baterías y un piloncito de tarjetas por las dudas alguien se interesara en su producto.
No se cuantas va a vender -a todos les mencioné el precio-, pero de todo lo que me dio lo único que no vuelve son las tarjetas.
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FICHA TÉCNICA
Modelo probado: Jules Cycles MK1
Origen: Argentina
Precio: 5.500 dólares
Garantía: Un año
Comercializa: Jules Cycles (www.julescycles.com)
MOTOR
Tipo: Eléctrico con baterias de iones de litio de 36v y 20Ah (720watt)
Potencia: 750W
TRANSMISIÓN
Tipo: Por cadena
CHASIS
Suspensión delantera: Horquilla con tensores de acero
Frenos delanteros: disco
Frenos traseros: disco
Neumáticos: Kenda 2.1 x 29 pulgadas
Altura del asiento: 761mm
PRESTACIONES
Velocidad máxima: 40 km/h
Autonomía: 50 kilómetros en ciclo urbano
Peso: 33 kilos