Los lectores de más de 30 sabrán disculpar, pero ya existe toda una generación que no oyó hablar de ellos en la Argentina. Un buggy es, básicamente, un vehículo pequeño y ligero para circular por la playa.
Mucho antes de que existieran los cuatriciclos, los ATV y las SUV 4x4, la única manera de disfrutar de las dunas era en base a bajo peso, un buen despeje y neumáticos anchos. Ni siquiera hacía falta la doble tracción. La carrocería era de fibra, no tenían puertas y muy pocos ofrecían techo.
Se podían fabricar combinados con todo tipo de mecánicas, pero la asociación más común en países como Brasil y México, era con motor y caja del Volkswagen Escarabajo (Fusca y Vocho, según corresponda). Y en posición trasera, por supuesto.
Tras décadas de haber sido desplazados por las más confortables y polivalentes SUVs, parece que los buggys están de regreso. Al menos eso es lo que está ocurriendo en México, donde en Jalisco se fabrica el Buggy Gol.
Se trata nada menos que de un arenero basado en el Gol Trend brasileño. Con excepción de la trompa, el capot y el parabrisas, la carrocería se modificó por completo para crear un vehículo recreativo, sin puertas y con techo de lona. La mecánica se conserva en posición delantera y también mantiene un confortable habitáculo de cinco plazas.
El precio de venta en la localidad de San Pedrito es de 14 mil dólares para el vehículo completo. Si entregás tu propio Gol Trend, la transformación se reduce a 4.700 dólares.
Además, se ofrecen otras variantes con el mismo espíritu playero, como la Saveiro Cervecera.
(Gracias a Lauta por el dato)
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