Pedro Martínez Díaz, gerente general de Volkswagen Argentina, anunció este mediodía el cese de la comercialización del VW Bora en nuestro mercado. El sedán del segmento compacto se comercializaba en nuestro mercado desde el año 2000.
Martínez Díaz le confirmó a Autoblog que "ya casi no quedan" unidades disponibles en stock. Los precios de los últimos ejemplares oscilan entre 192.410 pesos (2.0 Trendline manual) y 241.860 pesos (1.8T Highline Tiptronic).
El Bora llegaba a la Argentina importado desde México, país donde se comercializa con el nombre Clásico y donde ya el 25 de agosto se había anunciado que cesaría su producción en diciembre de este año.
Se trata de uno de los modelos más longevos en nuestro mercado. Está basado en la plataforma del Golf IV. En México se lanzó a la venta en 1999 con el nombre Bora, pero después fue mutando de denominación.
Hoy en México se llama Bora al modelo que en la Argentina conocimos como Vento de primera generación.
Antes de avanzar, es importante que te asegures de haber comprendido bien el párrafo de arriba, porque ahora la cosa se pone más complicada.
El Vento de segunda generación, el actual, también se produce y comercializa en México, pero con el nombre Jetta.
¿Por qué? Porque el nombre Bora sobrevivió sólo para la Argentina. Y el nombre Vento se utiliza en México para llamar al Polo Sedán.
¿Todavía estás ahí? Bueno, ese Polo Sedán, llamado Vento en México, reemplazará en ese mercado al Clásico (nuestro Bora). Y ese Polo Sedán, que llega a México importado desde India, se analizó para cubrir en la Argentina el nicho de mercado que quedará vacante entre el Voyage y el actual Vento.
El Polo Sedán-Vento se iba a producir originalmente en Puebla, pero la inversión finalmente fue a parar a Rusia e India, donde se consiguieron menores costos de fabricación. Sin embargo, no habría cumplido con las expectativas de calidad.
Así, con la discontinuación del Clásico-Bora, surgen otra vez rumores de una posible producción del Polo Sedán-Vento en México. Sólo de este modo podría llegar a la Argentina sin pagar aranceles de importación.
En cuanto al Jetta –nuestro Vento- la séptima generación (con la plataforma MQB del nuevo Golf VII) comenzaría a fabricarse en Puebla en 2017. Antes, en febrero, llegará a nuestro país un restyling del actual Vento (ver nota y fotos).
Y ese será el modelo que tendrá la misión de cubrir la brecha que dejará vacante el Bora. ¿Cómo? Sucede que el Vento 2015 llegará a la Argentina con una nueva versión de entrada a gama, con la cual se espera lograr un precio muy similar al del Bora. Tendrá un motor 2.0 de 115 caballos de potencia y un equipamiento más acotado.
Pero hay un nicho que ese Vento no podrá llenar: el del Bora 1.8T. Amado por los fans de VW, ese modelo se despide de la Argentina con el récord de haber sostenido durante muchos años la mejor relación precio/potencia de nuestro mercado: 180 cv por menos de 220 mil pesos, en su versión con caja manual (leer crítica).
C.C.
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En México, el Bora (allá llamado Clásico) será reemplazado por el Polo Sedán indio (allá llamado Vento, leer más).

El restyling del Vento llegará a la Argentina en febrero. Y con una versión 2.0 de 115 cv para posicionarse en el nicho que deja vacante el Bora (leer más).
OPINIÓN: "¿Adónde están las argentinas fierreras?"
Texto de Aurora Eastwood
Todavía no me adelantó ninguna mujer en la Argentina. No me refiero a cuando estoy crucereando tranquilamente por la autopista a 100 km/h. Me refiero a cuando manejo por el carril izquierdo y voy un poco más rápido. Bastante más rápido.
En los muchos años que vengo viajando a la Argentina nunca, literalmente, fui adelantada por una mujer cuando manejo a cierta velocidad.
No estoy diciendo que ésta sea una característica única del país. Tampoco me ocurre con frecuencia en Inglaterra, pero allá sí hay varias mujeres fierreras como yo. Acá… ninguna.
¿A qué se debe esto? Sé que acá los autos son caros, así que los deportivos exóticos están fuera de discusión, pero también es cierto que son pocas las marcas generalistas que ofrecen versiones hot para el manejo cotidiano.
Por ejemplo, en la Argentina yo manejo un Volkswagen Bora 1.8T (el 2.0 no podría superar ni a un perro con tres piernas). Es veloz en términos de manejo real, está bien fabricado, es confiable y… ¡tiene muchos airbags! Sí, pertenezco a la raza de lo que en Argentina llaman "Boraludos". Y con mucha honra.
Claro, no lo podemos comparar con autos importados como BMW y Audi, ni hablar de sus series especiales M y RS, que son intocables por cualquier cosa que no sea un superauto italiano (que en el caso de un M5, también puede superar a muchos de ellos).
El Bora acelera de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos, alcanza los 210 km/h -lo que es bastante- y cuesta alrededor de 25 mil dólares.
Seat ofrece en la Argentina una versión deportiva del León: el Cupra acelera de 0 a 100 en creíbles 6,4 segundos gracias a sus 241 caballos de potencia. Pero su precio de 47 mil dólares es un poco mucho. El León 1.8 TSi no se queda muy atrás al alcanzar los 100 km/h en 7,9 segundos y es significativamente más barato con sus 33 mil dólares de precio.
Después tenemos el Peugeot 207 GT, que acá se vende como GTi, y que acelera de 0 a 100 en 8 segundos exactos, por menos de 30 mil dólares. Es una lástima que acá no se ofrezca el Ford Focus RS. Ni siquiera el ST…
Así que hemos establecido que en la Argentina sí hay autos medianamente accesibles que cumplen con el criterio de lo que llamamos “velocidad”. Entonces, ¿por qué las chicas no los manejan? ¿Acaso es un fenómeno cultural?
Argentina es ciertamente un país más tradicional que el Reino Unido. Las mujeres todavía son vistas por una gran mayoría en roles más femeninos, como esposas y madres, y aunque la gran mayoría de ellas trabaja, son pocas las que logran alcanzar puestos directivos importantes (la Presidenta parece más una excepción que una regla).
¿Acaso en todo esto tiene algo que ver la cultura machista? Los autos suelen ser vistos en todo el mundo como juguetes de varones, incluyendo Inglaterra. Pero en la Argentina pareciera que este concepto está aún más arraigado.
Ciertamente me cuesta imaginarme a un argentino alentando a su media naranja a descubrir el placer de manejar, y mucho menos a encarar alguna forma de manejo deportivo.
Sin embargo, mi primer track day fue un obsequio de mi ex esposo. Aquella sensación de aguantar una Ferrari F355 justo al límite de su adherencia, manejando en uno de los circuitos más veloces de Gran Bretaña, fue inolvidable e intoxicante.
Cuando veo a una mujer en un buen auto deportivo, sin importar el lugar del mundo donde me encuentre, automáticamente tiendo a pensar que no es de ella. O que su marido/novio se lo compró.
Lo confieso: ¡soy mujer y también tengo pensamientos sexistas!
Desafortunadamente, las mujeres suelen ser sus propias enemigas a la hora de disfrutar un buen auto. Se quejan de que los hombres no las toman como conductoras respetables y de que la industria automotriz no las toma en serio como clientas.
Pero, de tanto en tanto, ellas mismas confirman este estereotipo cuando demuestran que no saben cambiar un neumático o cómo usar una caja secuencial Tiptronic o se jactan de no comprender los rudimentos más básicos de la mecánica: “¿Diferencial de deslizamiento qué…?”
Vamos, chicas, es hora de encarar el asunto: ¡salgan a la ruta y anímense a descubrir el placer de manejar un auto veloz!
A.E.
PD 1: Y para aquellos que duden de mis credenciales (¡sé que estás leyendo esto!), yo no soy uno de esos periodistas que oculta en su garage un Peugeot 405 diesel. En Inglaterra tuve una coupé Isuzu Piazza Turbo puesta a punto por Lotus (¡googleala!), una Toyota Celica GT4 y una Nissan 300ZX. Cuando regrese a mi país será el momento de encarar una nueva compra: un Porsche 911 (996) o un BMW M5. Todavía no lo decidí.
PD 2: Y no, ninguno de esos autos los compró otra persona para mí. Los pagué todos de mi bolsillo.