Texto y fotos de Gustavo Feder
Editor de Auto-Historia
Especial para Autoblog.com.ar

Pocas veces los salones del automóvil de Buenos Aires cuentan, entre sus visitantes, con personalidades relevantes vinculadas al área de Diseño. Esta vez, la excepción correspondió a la iniciativa de Renault Argentina, empresa que convocó para la muestra local a su máximo referente en esa materia: el holandés Laurens Van den Acker, vicepresidente Senior de Diseño de Renault a nivel mundial.

Van den Acker asumió el cargo en 2009, en reemplazo del histórico Patrick Le Quement, quien en 2010 también pasó por la Argentina (ver nota).

Aprovechando su estadía en el país, Van den Acker ofreció una conferencia para alumnos de la carrera de Diseño Industrial de las Escuelas ORT, donde disertó acerca de la estrategia de Diseño en Renault. El diseñador causó simpatía por sus coloridas zapatillas, que él mismo diseñó en homenaje al concept Dezir ("Z24 Love", reza el calzado, con el código interno del concept)

Esta fue la primera visita del diseñador a nuestro país. Sin embargo, el nombre Argentina no le resulta novedoso y lo remonta a un amargo recuerdo de adolescencia cuando la selección de Holanda, su querida “Naranja Mecánica”, resignó el título mundial por segunda vez consecutiva en los pies de un implacable Mario Kempes y con un 3-1 irrefutable con el que la Argentina ganó la copa en 1978.

Para entonces, Van den Acker ya sabía que le gustaba diseñar autos. Tiempo después inició sus estudios terciarios en la Universidad Tecnológica de Delft, donde obtuvo un Master de Ingeniería en la Facultad de Ingeniería en Diseño Industrial. Consciente de que la pequeña industria automotriz de su Holanda natal no le ofrecía grandes perspectivas de desarrollo profesional, partió hacia Italia donde comenzó su carrera en Design System, una empresa de Turín en la que trabajó en el diseño del interior de la Bugatti EB110, como parte del equipo liderado por Marcelo Gandini.

En la conferencia contó que su actividad como diseñador automotriz se fue enriqueciendo personal y profesionalmente a su paso por estudios de diferentes marcas y continentes: Audi en Alemania, Ford en Estados Unidos, y Mazda en Japón.

Con este background profesional, llegó a Renault en mayo de 2009 para remplazar nada menos que a Le Quement. Cuando Van den Acker asumió su nueva función se encontró con el desafío de adaptar la actividad de diseño a la nueva filosofía “Drive The Change”, que comenzaba a implementar la casa matriz del Rombo.

La conferencia giró en torno al proceso y estrategia de diseño de la empresa francesa. Renault es una compañía con 115 años de historia (53 en la Argentina), 130.000 empleados a nivel mundial, presencia en 120 países y una producción global de 2,5 millones de unidades en 2012.

Gran parte de estos vehículos son concebidos en el Tecnocentre de París, una impactante instalación de más de 30 mil metros cuadrados de superficie cubierta dedicada a las tareas de Investigación y Desarrollo. Allí funcionan dos centros de diseño donde trabajaban 489 empleados de 29 nacionalidades diferentes, entre ellos 156 diseñadores y 138 modelistas.

En la actualidad se diseñan automóviles para cuatro marcas distintas: Alpine, Dacia, Renault y Samsung. Los vehículos diseñados pertenecen a los segmentos de autos de pasajeros, utilitarios y concept cars. También se trabaja en la definición de la identidad corporativa.

El carácter internacional del diseño Renault se refuerza con la actividad de los cuatro centros regionales: Seúl (Corea), Bombay (India), Bucarest (Rumania) y San Pablo (Brasil), los cuales emplean en conjunto alrededor de cien personas. La actividad e importancia de estos centros se fue incrementando en los últimos años. El de San Pablo, por ejemplo, fue responsable de la gestación del Sandero Stepway y sus diseños han influenciado en el desarrollo de los Logan y Sandero de nueva generación.

“El proceso de diseño comienza a partir de las premisas de Marketing e Ingeniería. La operatoria es singular y difícil, ya que se establece un sistema de competencia entre un grupo de 20 diseñadores”, contó Van den Acker. “Luego se realiza una primera selección de cinco propuestas, de las cuales se eligen tres, más tarde dos y finalmente queda la opción que será desarrollada. La propuesta elegida pasa desde un simple render en papel a una instancia de modelo digital con proyección en pantallas a escala natural, para luego dar forma al modelo en clay donde se hacen los ajustes finales”.

“La incorporación de tecnología de última generación no sólo tiene como finalidad la reducción de los tiempos de desarrollo, sino fundamentalmente alcanzar óptimos niveles de calidad”, contó. “El proceso de diseño lleva años y su costo puede ascender a 500 millones de dólares. Pero para mí, aún hoy, diseñar sigue siendo como componer música”.

En relación a la estrategia de diseño, Van den Acker hizo referencia a la visión del diseño Renault respecto a los tipos de autos. Según este punto de vista, los autos se distinguen en: Céntricos, Mundiales y Humanos. “Al primer grupo responden los autos alemanes. Al segundo, los japoneses y al último, los Renault”, explicó el diseñador.

“Esta estrategia se basa en colocar a lo humano como el centro del abordaje de diseño, en una filosofía que podría resumirse en: autos para la vida. La estrategia de diseño Renault responde a los ciclos de la vida, ordenados y denominados del siguiente modo: amor, exploración, familia, trabajo, juego y sabiduría. Para cada una de estas etapas hay un tipo de vehículo distinto y un concept car que abre las puertas a la creación de un modelo de serie que dará respuesta a esa etapa vital”, añadió.

Como ejemplo de la primera etapa, citó el concept Dezir (Deseo), un vehículo conocido en nuestro país en la edición 2011 del Salón de Buenos Aires y que responde al concepto de auto de líneas sensuales para dos personas. Este auto fue tomado como base para el desarrollo del Clio IV, una de las novedades de la marca en la muestra actual y que fue concebido por el mismo equipo de diseñadores del Dezir. Otros concepts recientes que responden a esta estrategia fueron el Captur (Exploración), Minivan Frendzy (Familia), Kangoo (Trabajo) y Twin Run (Juego).

Una filosofía que bien puede funcionar para un país latino como Francia, pero como el mismo Van den Acker sostiene: “Si esto lo hubiese propuesto en una empresa alemana, como Volkswagen, me hubiesen echado”.

Además de este particular modo de ver el diseño, otro aspecto fuerte de la estrategia se basó en reforzar la imagen corporativa, la pertenencia a una misma familia. Para lograrlo fue incrementado el tamaño del Rombo hasta duplicar sus dimensiones originales, poniéndose énfasis en su disposición central, vertical y sobre fondo negro en el frontal de los modelos de reciente generación. "Una manera de lucir de pie y orgulloso", graficó el diseñador.

La charla fue rica y descontracturada, lejos de pretensiones académicas y más acorde con la informal combinación de traje, camisa sin corbata y zapatillas rojas: “A mis 40 años, cuando estaba trabajando en Mazda, me di cuenta que no quería verme en traje y tan formal toda mi vida, tal como lo había hecho mi padre. A partir de ahí empecé a usar zapatillas”.

A la hora de las preguntas, Van den Acker se mostró muy predispuesto y no eludió las más comprometedoras.

Ante la previsible consulta sobre el motivo que priorizó la instalación del centro de diseño en Brasil y no en la Argentina, el entrevistado fue muy claro. “Buenos Aires es una ciudad con mucha diversidad cultural y fuentes de inspiración similares a París, pero San Pablo ofrecía un mayor dinamismo financiero e industrial. De cualquier manera, en el centro se diseña para la región, no para un país”.

Consultado sobre la posibilidad de fusionar en un futuro las modalidades de transporte individual y público, se mostró escéptico: “Los autos son una manera de expresión personal, de libertad, de ser uno mismo. Aunque sus diseños sean desagradables o aburridos nos representan. No significa que no sea necesario un transporte público, rápido, limpio y seguro, pero nunca se fusionará con el auto”.

Van den Acker, que en París maneja un Clio Sport RS para desplazarse cotidianamente, respondió a una difícil pregunta sobre cómo se compatibiliza la filosofía Renault con la oferta actual en la Argentina, en especial con los modelos Logan, Duster y Sandero.

“Lograr un diseño coherente es una de las cosas más difíciles para cualquier compañía, especialmente cuando está atravesando por cambios muy profundos, pero es sólo una cuestión de tiempo”, concluyó

Laurens Van den Acker: “Diseñar es como componer música”
Laurens Van den Acker dio cátedra en las Escuelas ORT. Atrás, su Clio IV.

Laurens Van den Acker: “Diseñar es como componer música”
Gustavo Fosco y Van den Acker. Altas llantas, Laurens.

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