El domingo amanecí en Rosario. Luego de haber realizado el Focus Group del Mercedes-Benz Clase A en el concesionario Stern Motors (cuyo resultado se publicará este viernes), tenía planeado seguir viajando en familia hacia el Norte de la provincia de Santa Fe, con la Chevrolet Spin Diesel que está en el garage de Autoblog (leer introducción).
Pero una cosa me detuvo.
Le había prometido a mi hijo llevarlo al Museo de los Niños y –tarde para cambiar de planes- descubrí que recién abría a la una del mediodía. Así fue que, luego de abandonar el Hotel Plaza Real a las diez, me encontré sin mayores planes y con una Rosario semidesierta, bajo una llovizna pegajosa.
Nos dedicamos a pasear en la Spin, recorriendo los barrios altos y bajos de la ciudad. En una esquina, tal vez como resaca de la noche del sábado, pisé los restos de una botella de vidrio. Y no le di importancia.
Estuvimos tres horas en el Museo de los Niños, compramos provisiones para el viaje en el supermercado vecino y, cuando teníamos todo listo para salir a la ruta, descubrí que la Spin tenía una rueda pinchada. La delantera izquierda.
Por suerte, había parado de llover. Puse una alfombrita de goma en el suelo del estacionamiento y decidí batir mi propio récord de cambio de goma sin ayuda. Que ya no recuerdo de cuánto era.
Pero la sorpresa la tuve cuando fui a buscar el auxilio: había una rueda –pequeña, delgada, flamante, marca Continental- de uso temporario.
Estos auxilios son más pequeños que las ruedas titulares y no permiten circular a más de 80 km/h. Además, tal como advierte el manual de usuario de la Spin, no es recomendable tomar curvas a alta velocidad, porque su adherencia es limitada.
Antes, los auxilios temporales venían sólo en los autos importados. Pero cada vez más se extiende su presencia en los vehículos fabricados en el Mercosur, como es el caso de esta Spin brasileña.
En Europa, las ruedas temporarias se justifican porque allá las distancias son más cortas y porque los servicios de asistencia las 24 horas son capaces de llevarte una rueda titular a cualquier punto del continente, en cuestión de minutos.
También hay un motivo práctico. Una rueda delgada ocupa menos espacio y se puede aprovechar de un baúl más grande.
Pero ninguno de estos dos es el caso de la Spin. El Road Service de GM Argentina te ofrece la mano de obra gratuita para cambiar una goma pinchada. Pero no se encarga de conseguirte una rueda titular. Menos aún un domingo por la tarde. Y en Rosario.
En la Spin tampoco aplica el concepto del aprovechamiento del espacio. No podría transcribir con palabras elegantes el sentimiento que me generó descubrir que la rueda titular pinchada cabía con holgura debajo del piso del baúl, donde estaba guardada la delgada auxiliar.
Y es lógico que la rueda titular quepa en ese lugar.
Si el piso quedara levantado, hubiese tenido que inutilizar la tercera fila de asientos. Así, quien pinche en una Spin, no sólo tendría que circular a menos de 80 km/h. También debería mandar por Flechabus a dos pasajeros. O bien abandonar la rueda titular pinchada. O regalarle una valija de equipaje a la caridad.
Si una rueda homogénea cabe bajo el piso de la Spin, ¿entonces por qué la equipan con un auxilio temporal? ¿Se trata de una simple cuestión de costos?
Se lo pregunté a un vocero de GM Argentina y la respuesta fue la siguiente: “Sin duda, el tema costos en las plataformas regionales/globales juega un rol importante, pero el factor principal es el peso. Cuando se desarrolla un modelo nuevo hay objetivos de peso y cada área de desarrollo (chasis, motores, exterior, interior, eléctrico, etc.) recibe un objetivo de peso que debe cumplir. Para muchos, puede parecer absurdo que un kilogramo más o menos haga diferencia, pero la única forma de reducir el peso total del vehículo es sacar un poco en muchas piezas, ya que no existen muchas piezas a las que se les pueda sacar mucho peso”.
Es una respuesta interesante. De esas que rascan. Y rasca mucho. Pero me temo que rasca donde no pica.
Les cuento por qué. Con la rueda temporal colocada –y la Spin un tanto ladeada por la desproporción- salí a buscar una gomería que estuviera abierta un domingo por la tarde. Ahí descubrí que estas ruedas chiquitas no sólo son feas e inestables, también son tremendamente ruidosas. Zumban más que el WhatsApp de una adolescente.
Después de varios intentos frustrados -y con el soporte logístico de mi amigo rosarino Walter “Bios” Welsch vía Bluetooth-, por fin encontré una gomería abierta en San Juan 1176.
El gomero desarmó, inspeccionó y descubrió que un vidrio de botella había perpetrado un tajo importante en el hombro interno del neumático. Diagnóstico: pinchadura irreparable, imposible de emparchar.
Ya no tenía cuatro ruedas titulares y un auxilio temporario. Ahora tenía tres ruedas titulares y una que sólo sabía zumbar. Es en situaciones como ésta donde se desbaratan todos los argumentos posibles en defensa de las Temporary use only.
¿Solución de emergencia? Pasé la media hora siguiente hurgando entre pilas de neumáticos usados de la calle San Juan hasta que encontré una 195/65R15. No era Bridgestone, como las otras cuatro, pero era una Dunlop casi nueva y con fecha de vencimiento aún vigente. Me costó 250 pesos.
La Bridgestone rota no la tiré. La cargué en el baúl para que la gente que me prestó el auto creyera toda esta historia.
Así, con la única Spin de seis ruedas, pude seguir viaje un poco más tranquilo.
C.C.