José Luis Valls es argentino y fue director de Ventas de General Motors en nuestro país. Pero desde el año pasado es el presidente de Nissan Mexicana. Valls protagonizó ayer la colocación de la piedra fundamental de la nueva planta de la marca japonesa en la región de Aguascalientes.

El evento contó con la presidencia del presidente mexicano, Felipe Calderón, porque se trata de una inversión muy importante para el país: 2.000 millones de dólares para alcanzar el objetivo de producir un millón de Nissan en México de aquí al 2015.

Sin embargo, las declaraciones de Valls durante el acto tuvieron una fuerte repercusión a miles de kilómetros de distancia, en su país natal: anunció que Nissan Mexicana no pagará aranceles extra para ingresar sus vehículos a la Argentina y Brasil. Y aseguró que destinará esas unidades a otros mercados.

"Nosotros no exportaremos pagando aranceles, como si no tuviéramos una inversión tan grande en Brasil", señaló Valls en conferencia de prensa.

Nissan vende en la Argentina los modelos March, Tiida, Sentra y NP300. Y en estos meses planea lanzar el Versa, también mexicano.

Las palabras de Valls deben leerse en el marco de la fuerte apuesta que Nissan está haciendo en el Mercosur. La marca considera que es injusto que, a raíz de las disputas por el acuerdo automotor entre México y nuestra región se considere a Nissan como un importador más.

La marca japonesa está construyendo una planta en Brasil para fabricar el March, el Versa y un monovolumen basado en la misma plataforma. Y acaba de independizarse en la Argentina mediante una representación propia de la marca, ya sin dependencia de Renault Argentina.

La decisión de Valls no tomó por sorpresa a los directivos locales de Nissan. En mayo pasado, el nuevo presidente de Nissan Argentina, Omar Daneri, declaró en una entrevista con Autoblog: “Nos preocupa la tensión con México, porque nuestra principal fuente de abastecimiento de productos es México. De todos modos, esta es una preocupación limitada. A partir de fines del 2013 y comienzos del 2014, ante cualquier problema que surja en la relación con México, ya tendremos la posibilidad de abastecernos desde la planta de Brasil”.

En los últimos meses, Brasil y Argentina exigieron a México renegociar el ACE55 con el fin de equilibrar la balanza del comercio automotor. México acordó con Brasil un pacto temporal para reducir las exportaciones de vehículos mediante cuotas que aumentarán paulatinamente en los próximos tres años, cuando volverá a estar vigente el Acuerdo Comercial de complementación.

La Argentina, por su parte, suspendió de manera unilateral el acuerdo y anunció que comenzará a cobrar un arancel aduanero del 35% a todos los autos provenientes de México. El país azteca no tuvo otra alternativa que adoptar una política recíproca, mientras demanda que la Argentina cumpla lo pactado.

Nissan destina a los países suramericanos el 14 % de su producción en México, unos 84.000 vehículos. Esas unidades ahora se enviarán a otros países donde hay exceso de demanda, informó Valls.

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