El Gobierno brasileño anunció ayer la creación de un nuevo régimen para la industria automotriz local, que entrará en vigor en 2013 y tendrá validez por cinco años, hasta fines del 2017.
El programa mantiene la propuesta original del conocido Plano Brasil Maior, anunciado en septiembre del 2011 para aumentar la industrialización del país como una manera de recuperar competitividad internacional ante la fortaleza del real.
La meta del programa es atraer inversiones industriales, con gran contenido regional del Mercosur e innovación tecnológica. Para ello, se establecerá una tabla de puntos, que premiará –en el caso de las automotrices- a las marcas que más inviertan con descuentos en el IPI (Impuesto sobre Productos Industrializados).
La medida recién comenzará a regir el año que viene y durante el 2012 se mantendrá el actual régimen, que eleva en 30 puntos porcentuales el IPI para los vehículos importados por fuera del eje Mercosur-México.
A partir del 2013, esa sobretasa funcionará como una moneda de cambio: cuanto mayor sean las inversiones en nuevas tecnologías y en la inclusión de autopartes producidas en el Mercosur, mayor será el descuento en la alícuota impositiva. Y esa reducción se otorgará en la forma de créditos a largo plazo.
El nuevo régimen automotor también privilegiará a las marcas que fabriquen sus autos en Brasil. Las terminales ya no se verán obligadas a cumplir de inmediato con el 65% de contenido regional, como ocurre con el régimen automotor actual, sino que los fabricantes tendrán un plazo de tres años para alcanzar esa meta.
Así ocurrirá con Chery, Hyundai y Jac Motors, tres automotrices que están en plena tarea de construcción de sus propias plantas en Brasil.
Se estima que, en el mediano plazo, este nuevo programa no afectará el intercambio con la Argentina. De hecho, se cree que beneficiará a las autopartistas locales. Sin embargo, en el largo plazo podrá traccionar más inversiones automotrices hacia Brasil y en detrimento de nuestro país.
En el caso de las empresas ya radicadas en Brasil (como Fiat, Nissan y Toyota, que también están construyendo nuevas plantas), el Gobierno considera que ya cumplen con las exigencias.
Sin embargo, se remarca que todas tendrán que mejorar los índices de nacionalización e inversiones en innovación.
A partir del 2013, las automotrices que quieran participar del nuevo régimen y lograr reducciones en el IPI tendrán que cumplir con los siguientes requisitos.
* Invertir al menos 0,15% de la facturación bruta en innovación. En 2017, ese porcentual subirá al 0,5%.
* Invertir al menos 0,5% de la facturación bruta en ingeniería de productos. En 2017 ese porcentual aumentará al 1%.
* Cumplir un mínimo de ocho de las doce etapas de producción de vehículos livianos dentro de Brasil y 10 de las 14 etapas para vehículos pesados. En 2017, serán exigidas 10 de las 12 etapas para los livianos y 12 de las 14 para los pesados.
* Adherir al programa de etiquetado, que mide la eficiencia energética de los vehículos, con al menos 25% de los modelos producidos en Brasil. En 2017, el 100% de los vehículos deberán participar del programa controlado por el Inmetro (INTI brasileño).
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