Texto de Bell Gama

Debido a la crisis del petróleo que asoló al mundo en los años ’70, Brasil decidió prohibir la venta de vehículos de pasajeros diesel en 1976. Treinta y cinco años después, muchas cosas cambiaron, y el debate volvió con fuerza durante el Forum Diesel 2011 realizado en San Pablo.

La buena noticia para los usuarios es que los autos diesel pueden volver a las rutas de Brasil, aunque esta vez con motores y combustibles más tecnológicos, menos contaminantes y más económicos.

Las automotrices y autopartistas ya demostraron su interés en la en la producción, mientras en el Senado se tramita un cambio de ley. En este encuentro, la petrolera estatal Petrobras mostró por primera vez un plan estratégico pensando en atender a la nueva demanda de gasoil.

Pero para comenzar a considerar la legislación del uso de motores diesel en autos particulares es preciso olvidar todas las antiguas referencias a esos motores. En Europa, donde este tipo de vehículos es ampliamente comercializado, el diesel es considerado un combustible limpio.

O sea, es menos contaminante y mucho más económico que los motores nafteros. Si comparamos al Toyota Prius (vehículo híbrido movido por nafta y electricidad) con el Volkswagen Golf 2.0 TDi, todos los números tienden a mostrar al motor diesel como una excelente opción.

Con el motor TDi, el Golf europeo recorre 17,2 kilómetros con un litro de combustible, mientras que el Prius hace 14,9 kilómetros. Además de eso, las emisiones son menores y la eficiencia del motor es superior.

El Golf TDi acelera de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos, mientras que el Prius demora 12 segundos. En velocidad máxima, la ventaja también es para el Volkswagen: llega a 209 km/h contra 170 del Toyota.

La pregunta surge sola: ¿por qué el público brasileño se está privando de tener autos con mejor performance, menor consumo y menores emisiones?

A pesar de que los números demuestran el gran avance tecnológico de los motores diesel, aún resta una cuestión que impide la legalización de este tipo de motores en Brasil: el combustible.

Sin embargo, parece que este problema será superado en breve. Durante el Fórum Diesel 2011, Eduardo Correia, responsable de Estrategia Corporativa de Petrobras, afirmó que la compañía estudia dos posibles escenarios para el Plan Nacional 2011-2015.

El Escenario A es el más pesimista y marca un crecimiento del PBI del 3,7%, con una política económica global desorganizada. El Escenario B es más optimista y contempla un crecimiento medio del PBI del 4,9%.

Y es con este segundo escenario que Petrobras analiza la entrada de autos particulares diesel a Brasil. Según las previsiones, el momento ideal para la liberación de este tipo de vehículos sería 2014, año en el que Petrobras conseguiría atender las demandas de un gasoil más limpio, con menos azufre, y sin necesidad de recurrir a la importación.

Esto es porque los vehículos diesel más modernos, como los europeos, necesitan un diesel de calidad superior. En Petrobras se viene trabajando en ese sentido ya que, según un acuerdo firmado con el gobierno brasileño, la empresa deberá ofrecer un diesel menos contaminantes ya en 2012.

En caso de que se concrete la liberación, la petrolera prevé una fuerte demanda en la producción de diesel hasta 2020. Si el uso para vehículos livianos fuera liberado, con una expectativa de que alcancen un 4,7% del mercado, sería posible atender esa demanda hasta 2017 sin tener que recurrir a combustibles importados.

Después de ese período, Petrobras debería buscar nuevas fuentes de abastecimiento.

Según la estrategia corporativa de la petrolera, las condiciones para la liberación del diesel para autos de pasajeros en Brasil dependen de los siguientes aspectos: demanda (se sabe que hay mercado para este tipo de vehículos, especialmente para flotas y taxis), oferta (la industria automotriz tiene interés en producir estos motores, ya cuenta con la tecnología y puede aumentar sus exportaciones) y política (falta una reglamentación específica para la legalización de los diesel).

Más allá de eso, la balanza comercial sigue siendo negativa. Actualmente, Brasil es importador de diesel. Por otro lado, el país también se convirtió en importador de etanol, que está beneficiado por varias políticas energéticas.

Así, el primer paso para la regularización de los vehículos de pasajeros diesel en Brasil necesita ser concretado en el ámbito político.

Según Mário Massagardi, director de Ventas de Bosch, una de las maneras de conquistar esa legislación es estableciendo metas ambientales. En Europa, el objetivo es lograr autos que recorran más de 25 kilómetros por litro en 2020, reduciendo el consumo actual a sólo un cuarto. En China, la meta es de 20 km/l.

Según Massagardi, "metas como esas impulsan a la industria a desarrollar nuevas tecnologías y desafían a los ingenieros a producir vehículos cada vez mejores. En ese contexto, el vehículo diesel debería ser altamente considerado”. Com isso, o veículo a diesel tem que ser considerado”.

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La situación en la Argentina Un mercado con cada vez menos motores diesel

Mientras Brasil analiza la posibilidad de volver a comercializar autos de pasajeros diesel, la situación en la Argentina es prácticamente la inversa. La oferta y la demanda de estos modelos se contrajo de manera notable en la última década, de la mano de combustibles cuya calidad no acompañó a las nuevas tecnologías de motores.

La oferta de modelos gasoleros en la Argentina se contrajo casi a la mitad en la última década, también acompañada por un aumento del precio del combustible diesel, que casi equiparó a la nafta en valor.

A los problemas de confiabilidad se sumó el hecho de que, por tratarse un mercado pequeño, muchos fabricantes de autos radicados en Brasil -que producían modelos gasoleros sólo para exportación- decidieron eliminar esas versiones de sus gamas y concentrarse en los Flex (nafta/etanol).

Un cambio en la política brasileña con respecto a la comercialización de autos gasoleros, sin embargo, podría marcar un inesperado renacer de estas mecánica en el Mercosur, un bloque comercial donde -se sabe- Brasil manda.

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Aumentan los impuestos para los autos importados en Brasil El IPI trepó hasta el 55%

El Gobierno de Brasil anunció ayer un aumento en la alícuota del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI) en vehículos importados. Según el ministro de Hacienda, Guido Mantega, la alícuota actual de entre 7% y 25% pasará a ser de entre 37% y 55%, dependiendo de la cilindrada del vehículo.

Para evitar el pago de la nueva alícuota, las automotrices deberán probar que poseen más del 65% de la propiedad de centros de desarrollos en Brasil, además de cumplir con al menos seis de los once requisitos exigidos por el Gobierno, entre ellos la fabricación de motores, embragues, cambio, pintura y estampado.

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