Hace dos años se vendió en Estados Unidos la más argentina de las Ferrari por 4,5 millones de dólares. Se trata de la 166 MM Touring Barchetta de 1949.
Pero parece que su actual dueño ya se cansó de ella y la volvió a poner en venta. La casa de subastas RM anunció que el próximo 21 de enero esta Ferrari volverá a ser ofrecida al público, durante un evento de autos clásicos que se realizará en Arizona. No se informó un precio base.
¿Pero por qué en Autoblog decimos que esta es "la más argentina de las Ferrari"? Nada menos que por su historial, que parece imbuido del más típico gen nacional. La trayectoria es tan apasionante, curiosa y picaresca, como la de nuestro propio país.
Este ejemplar con el chasis 0024/M fue encargado a Maranello por el Automóvil Club Argentino a comienzos de 1949. Con un motor de 12 cilindros y 2 litros de cilindrada, salió de fábrica pintada con los colores azul y amarillo característicos de la Escudería Argentina.
Su presentación oficial se realizó en el Salón de París de ese año y fue famosa una fotografía que publicó The New York Times al día siguiente: junto a la 166MM aparece Eva Perón, sonriente y con un gran sombrero blanco.
Esa imagen aún hoy es controvertida, porque se trataría de un fotomontaje. No hay evidencias que prueben que el 10 de octubre de 1949 la esposa de Juan Domingo Perón haya estado en Francia, y menos aún recorriendo un salón del automóvil.
Sí es cierto, en cambio, que el ACA encargó esta Ferrari a nombre de Evita debido a una picardía criolla: la intención final era que el auto fuera corrido en diversas competencias locales, pero al invocar el nombre de la Primera Dama se habrían simplificado todos los trámites burocráticos para lograr su importación temporaria. También así se habrían eludido algunos impuestos.
Con los colores nacionales, una famosa madrina involuntaria y algunos toques de viveza vernácula el auto quedó atrapado para siempre por el ser argentino.
Pero eso no fue todo. Más allá de las trapisondas legales, la 166MM demostró en las pistas su sangre pura. El 15 de enero de 1950 debutó durante una competencia callejera por el centro de Mar del Plata y se quedó con el primer puesto en la general, conducida por Carlos Menditeguy.
Pero la invocación del nombre de Evita no fue suficiente y el permiso de importación temporaria no fue renovado. La Ferrari tuvo que regresar a Italia.
A fin de ese mismo año, el ACA vendió el auto al italiano Luigi Francesco Zaccaria Terravazzi, quien la inscribió en la Mille Miglia de 1951. No ocupó un puesto destacado, pero al menos completó la carrera.
En los años siguientes, el auto pasó por las manos de muchos propietarios, incluyendo al japonés Yoshiho Matsuda, uno de los mayores coleccionistas de Ferrari en el mundo. En ese intercambio modificó sus colores originales y adoptó el rosso actual.